Participaron cuatro colegios de la provincia de Santa Cruz: el Secundario Provincial N° 41 “Osvaldo Bayer”, y la Escuela Laboral Domingo Savio, ambas de Río Gallegos, el Centro Educativo Joven Labrador, de El Calafate y el Secundario Provincial N° 8 “Naciones Unidas”, de Puerto Santa Cruz.
Monseñor Hugo Salaberry SJ, presidente de la Comisión Episcopal de Migrantes e Itinerantes (CEMI) y obispo de Azul, junto con Marcela Villares, coordinadora del área de Trata de la Persona de la CEMI, y el obispo de Río Gallegos, monseñor Jorge García Cuerva, acompañaron y guiaron el encuentro.
La jornada constó de cuatro momentos. En primera instancia, los alumnos de cada institución presentaron sus proyectos, compartieron las experiencias de trabajo y la forma de abordar la temática mediante imágenes y otros soportes digitales.
Posteriormente, se presentaron cortos publicitarios, spots radiales de prevención y concientización; y, en un tercer momento, los jóvenes consensuaron un boceto de mural que fue pintado el día viernes en uno de los paredones del obispado.
Asimismo, realizaron una misión por las calles de la ciudad, invitando a los transeúntes a fotografiarse con el cartel de “No a la trata”, mientras otros jóvenes pintaban remeras con esténciles de la lucha contra la trata de personas.
Los integrantes de la Pastoral Migratoria agradecieron a las comunidades educativas participantes y al compromiso de los directivos y docentes, destacando el esfuerzo que muchos hicieron para poder participar.
El programa fue una iniciativa de la Comisión Episcopal de Migrantes e Itinerantes de la Conferencia Episcopal Argentina, auspiciada por la Acción por un Mundo Unido (AMU). En la diócesis fue coordinado y animado por el Equipo Diocesano de Pastoral Migratoria, y acompañado.
Además, manifestaron: “Como iglesia diocesana de Río Gallegos, ratificamos nuestro compromiso en la defensa de la dignidad de la persona humana”. “Nos sigue conmoviendo la alta tolerancia social y la naturalización del sistema prostibulario en nuestra diócesis y que, para justificarla, suele vinculárselo con lo cultural”. Y sostuvieron: “Es necesario erradicar los factores estructurales de vulnerabilidad porque éstos constituyen el caldo de cultivo de la trata, tales como la desigualdad, la violencia de género y la cosificación de las personas”.
"Urge promover el respeto a la dignidad de todas las personas, en particular de los sectores más desprotegidos, y garantizar el respeto auténtico y duradero a sus derechos humanos”. Luego hicieron referencia al desafío del papa Francisco de comprometernos a trabajar en la temática: “La trata de seres humanos es un azote, un crimen contra toda la humanidad. Ha llegado el momento de aunar las fuerzas y de trabajar juntos para liberar a las víctimas de este delito y para desarraigar este crimen que nos atañe a todos, desde las familias a toda la comunidad mundial".
El programa tuvo como objetivo incentivar la creación de ámbitos de prevención, sensibilización y concientización acerca del delito de la trata de personas. Asimismo, se buscó fortalecer el trabajo en equipo sobre la temática para potenciar acciones y experiencias a través de la socialización de prácticas, brindando así herramientas pedagógicas y metodologías para el trabajo en red, que permitan el abordaje integral de la problemática.
En tres etapas, el programa primero capacitó a docentes, en abril y mayo; luego las instituciones educativas abordaron la temática con los alumnos mediante un proyecto educativo transversal; y se culminó con el Encuentro Juvenil Estudiantil contra la Trata de Personas.+
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