Episcopado español establece disposiciones para la vuelta a los templos en cuatro fases
“Después de semanas sin expresar comunitariamente nuestra fe en templos y locales parroquiales, queremos recuperar progresivamente la normalidad de la vida eclesial”, escribe la Comisión Ejecutiva de la CEE. Una transición en la que proponen, a nivel general, a todas las diócesis que se dispense del precepto de participar en la misa dominical y se sugiere a personas de riesgo, mayores y enfermos que se queden en casa y sigan las celebraciones por los medios de comunicación. Y solicitan a los sacerdotes que refieren las medidas organizativas e higiénicas.
Cuatro fases
Los obispos siguen las fases de desescalada que ya estableció el gobierno español.
En la fase 0 la CEE anunció que se mantiene “la situación actual”, es decir, “culto sin pueblo”, “atención religiosa personalizada poniendo atención especial a los que han perdido a seres queridos” y llaman a la preparación “en cada diócesis y parroquias las fases siguientes”.
Durante la fase 1, que se prevé que comience si los indicadores siguen siendo favorables, el 11 de mayo, por lo que se permitiría “la asistencia grupal, pero no masiva, a los templos sin superar el tercio del aforo, con eucaristías dominicales y diarias. Quizá con preferencia al acompañamiento de las familias en su duelo”.
La fase 2, que podría iniciarse el 25 de mayo, incluiría el “restablecimiento de los servicios ordinarios y grupales de la acción pastoral con los criterios organizativos y sanitarios, mitad del aforo, higiene, distancia”, y se aplicarán las medidas de carácter general.
Mientras que en la fase 3 se inicia “la vida pastoral ordinaria” pero siempre teniendo en cuenta “las medidas necesarias hasta que haya una solución médica a la enfermedad”.
Sobre las medidas de carácter general, la CEE explica que se prorroga “la dispensa del precepto dominical, invitando a la lectura de la Palabra de Dios y a la oración en las casas, pudiendo beneficiarse de la retransmisión a través de los medios de comunicación para quien no pueda acudir al templo”. Y se invita a las personas mayores, enfermas o en situación de riesgo “que valoren la conveniencia de no salir de sus domicilios”.
Celebración de la misa
Se establece el aforo máximo de los templos; un tercio en la primera fase y la mitad en la segunda fase, así como respetar la distancia de seguridad.
En las Eucaristías dominicales, “allí donde sea necesario y posible” piden procurar “aumentar el número de celebraciones cuando haya mayor afluencia de fieles, a fin de descongestionar los templos” y piden a los fieles que utilicen la mascarilla.
Las pilas de agua bendita continuarán vacías y las puertas de las iglesias se mantendrán abiertas a la entrada y salida de las celebraciones para no tener que tocar manillas o pomos y ofrecer “gel hidroalcohólico o algún desinfectante similar, a la entrada y salida de la iglesia”.
Se pide que algunas personas responsables colaboren en “la distribución los fieles en el templo, el acceso a la hora de comulgar y la salida de la iglesia al finalizar” para que en todo momento se respete “la distancia de seguridad”.
Desde la CEE recuerdan que es importante “evitar los coros en la parroquia” y “se recomienda mantener un solo cantor o algunas voces individuales y algún instrumento”, no distribuir “hoja de cantos ni pliegos con las lecturas o cualquier otro objeto o papel”.
Sobre el cestillo de la colecta “no se pasará durante el ofertorio, sino que el servicio de orden lo ofrecerá a la salida de la misa, siguiendo los criterios de seguridad señalados”.
“El cáliz, la patena y los copones, estarán cubiertos con la “palia” durante la plegaria eucarística”, precisan y el sacerdote celebrante “desinfectará sus manos al empezar el canon de la misa, y los demás ministros de la comunión antes de distribuirla”.
Se sustituirá el saludo de paz por “un gesto evitando el contacto directo”.
“El diálogo individual de la comunión; “El Cuerpo de Cristo”. “Amén”; se pronunciará de forma colectiva después de la respuesta “Señor no soy digno”, distribuyéndose la Eucaristía en silencio”, apuntan.
Y en el caso de que el sacerdote fuera mayor se establecerían “ministros extraordinarios de la Eucaristía para distribuir la comunión”.
A la salida de la misa se pide establecer de modo ordenado la salida de la iglesia “evitando agrupaciones de personas en la puerta”. Además, se hace una llamada a la “continua desinfección del templo, bancos, objetos litúrgicos, etc”.
Otros sacramentos
Sobre la celebración de otros sacramentos, como el de la reconciliación se pide aplicar las medidas generales y “escoger un espacio amplio, mantener la distancia social asegurando la confidencialidad”.
“Tanto el fiel como el confesor deberán llevar mascarilla. Al acabar, se aconseja reiterar la higiene de manos y la limpieza de las superficies”, precisan.
En la celebración del Bautismo se pide que se celebre el rito breve. La administración del agua bautismal se debe hacer “desde un recipiente al que no retorne el agua utilizada, evitando cualquier tipo de contacto entre los bautizandos” y en las unciones “se puede utilizar un algodón o bastoncillo de un solo uso, incinerándose al terminar la celebración”.
En la confirmación, cuando se unge con el crisma “se puede utilizar un algodón o bastoncillo” y piden que se observe “la higiene de manos entre cada contacto, cuando haya varios confirmandos”.
Durante la celebración del matrimonio, “los anillos, arras, etc., deberán ser manipulados exclusivamente por los contrayentes”, y piden que se mantenga “la debida prudencia en la firma de los contrayentes y los testigos, así como en la entrega de la documentación correspondiente”.
En la unción de enfermos también se pide que se haga con el rito breve y que se utilice algodón en la administración de los óleos. “Los sacerdotes muy mayores o enfermos no deberían administrar este sacramento a personas que están infectadas por coronavirus”, precisan y en cualquier caso se deben observar “las indicaciones de protección indicadas por las autoridades sanitarias correspondientes”.
Otras visitas a la iglesia
Mientras que en las exequias de difuntos y funerales se seguirán los mismos criterios de la misa dominical y precisan que “aunque sea difícil en esos momentos de dolor” se insiste en “evitar los gestos de afecto que implican contacto personal y la importancia de mantener distancia de seguridad”.
Para las visitas a la iglesia para la oración o adoración del Santísimo, se pide seguir la pautas generales evitando la concentración y señalando los lugares para la oración y la adoración.
El uso de las dependencias parroquiales para reuniones o sesiones formativas se iniciará en la segunda fase y seguirán las pautas utilizadas para las reuniones culturales previstas por el ministerio de sanidad que consiste en un máximo de un tercio de aforo en lugares cuyo aforo habitual es de 50 personas, respetando la distancia de seguridad y la utilización de mascarillas.
En la tercera fase el aforo pasa a ser de la mitad en lugares de un aforo habitual de 50 personas y de un tercio en lugares de un aforo habitual de 80 personas en las mismas condiciones de distancia y utilización de mascarillas. +
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