En la homilía el pontífice recordó que “Hoy la Iglesia celebra a San Marcos, uno de los cuatro evangelistas, muy cercano al apóstol Pedro. El Evangelio de Marcos fue el primero en ser escrito. Es sencillo, un estilo simple, muy cercano”.
Al final, Marcos narra que Jesús, “antes de partir, cuando se apareció a los Once, le dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda criatura”.
“Es la misionalidad de la fe. La fe o es misionera o no es fe”, dijo el pontífice. “La fe no es una cosa sólo para mí, para que yo crezca con la fe. Eso es una herejía gnóstica. La fe siempre te lleva a salir de ti. La fe se transmite, se ofrece, sobre todo con el testimonio. Id. Que la gente vea cómo vivís”.
En este sentido, contó que una ocasión “un sacerdote europeo de una ciudad europea: ‘Hay tanta incredulidad, tanto gnosticismo en nuestra ciudad porque los cristianos no tienen fe. Si la tuviesen, seguramente la darían a la gente’”.
“Falta la misionalidad porque en la raíz falta la convicción. ‘Sí, yo coy cristiano, soy católico, pero como si fuese una actitud social. En el carnet de identidad te llamas así, así y…, soy cristiano’. Es un dato del carnet de identidad. Eso no es fe. Eso es algo cultural”.
Por el contrario, “la fe, necesariamente, te lleva a fuera, te lleva a darla. La fe es transmitida esencialmente, no está quieta. ‘Usted quiere decir, padre, que todos debemos ser misioneros, ir a los países lejanos…’. No, eso es una parte de la misionalidad. Esto quiere decir que, si tú tienes fe, necesariamente, tú debes salir de ti y hacer ver socialmente la fe, la fe social para todos. ‘Id a todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda criatura’”.
Además, como hizo en ocasiones anteriores, hizo hincapié en que evangelización no es proselitismo.
Evangelizar, explicó, “es hacer ver la revelación para que el Espíritu Santo pueda actuar en la gente mediante el testimonio. ¿Y cómo testimonio la revelación?: Con servicio. El servicio es un modo de vivir. Si yo digo que soy cristiano y vivió como un pagano, no funciona. Eso no convence a nadie. Si yo digo que soy cristiano y vivo como un cristiano, esto sí funciona”.
Y advirtió: “Cuántas veces, en la Iglesia, a lo largo de la Historia, ha habido movimientos o agrupaciones de hombres o mujeres que querían convencer de la fe, convertir, actuar como proselitistas. ¿Y dónde han terminado? En la corrupción”.
“No, con la fe, nada de proselitismo”, insistió el Papa Francisco, porque “la fe se transmite no para convencer, sino para ofrecer un tesoro”.
Ahora bien, “¿cómo puedo estar seguro de que saliendo de mí seré fecundo en la transmisión de la fe?”.
Para responder a esa pregunta, regresó al Evangelio de este sábado: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda criatura”.
Señaló que “el Señor estará con nosotros hasta el fin del mundo. Nos acompaña. En la transmisión de la fe siempre está el Señor con nosotros”. “Pero cuando yo tengo una actitud de fe que se transmite, el Señor está ahí que me acompaña. Nunca en la transmisión de la fe estoy solo. El Señor conmigo que transmite la fe. Lo prometió: ‘Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo’”.
Por último, pidió rezar “para que nos ayude a vivir nuestra fe así. Una fe de puertas abiertas. Una fe trasparente. No un proselitista, sino que haga ver que ‘yo soy así’. Y con esta sana curiosidad ayude a la gente a recibir este mensaje que les salvará”.
Publicar un comentario