Mons. Buenanueva: "Y la Palabra se despertó en los corazones"
“En el relato de Emaús que escuchamos este domingo, la acción fundamental de Jesús es acompañar a los dos caminantes alicaídos y, con envidiable pedagogía, ayudarles a comprender cómo Dios conduce la historia. Y lo hace echando mano de las Escrituras de Israel. Cada una de sus páginas habla de Él. Sólo a la luz de su Persona y de su Pascua se termina de comprender el plan de Dios”, afirmó el obispo.
En ese sentido, animó a preguntarse: “¿Cómo está impactando esta cuarentena en nuestra vida? ¿Cómo estamos viviendo la fe en esta hora? ¿Sólo aguantando, esperando que todo pase? ¿Es posible escuchar hoy, en estas circunstancias, la voz de Dios?”.
“Soy cauto en lo que sigue. Pasado un primer momento de real zozobra y despiste, observo en muchos cristianos un redescubrimiento de la Palabra de Dios. No del mero texto escrito de ese libro fascinante que es la Biblia. Es algo más”, consideró.
“La Biblia se convierte en Palabra viva de Dios cuando la leo con fe, al menos con inquietud de verdad, de luz para la vida, de esperanza. Voy a las Escrituras como el sediento acude a la fuente. Sólo entonces se abren sus secretos más luminosos y decisivos”, aseguró.
“Es decir: la lectura orante de las Escrituras da pie a un diálogo vivo. Dios deja de ser un ser abstracto y comienza a sentirse como un ‘Tú’ viviente, que me habla, me “interpela, me provoca. Porque lo más importante no es leer sino escuchar”, continuó.
“Perseverando en una lectura así, día a día, página tras página, me hace entrar en comunión real con Jesucristo. La lectura orante de la Palabra me transforma. Va formando a Cristo en mi vida”.
“En la semana que estamos iniciando, la liturgia de Pascua nos propone volver a escuchar el capítulo seis del Evangelio de Juan. Es el Sermón del Pan de Vida. Ese Pan que Dios ofrece al mundo es Jesucristo, es su Palabra y su Cuerpo en la Eucaristía”, anticipó.
“Algo me dice que el Espíritu está despertando, cuando menos lo pensábamos, el sentido de la Palabra de Dios en las almas de algunos creyentes. Esto siempre es consolador y, sobre todo, esperanzador”, señaló.
“Jesús sigue alcanzándonos en el camino. Sigue escuchando nuestras desesperanzas y desilusiones. Sigue abriéndonos los ojos para comprender realmente las Escrituras y, por encima de todo, comprender que nuestra historia está en las manos del Padre”, concluyó.+
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