Mons. Stanovnik ordenó un diácono camino al sacerdocio
En una celebración íntima, a puertas cerradas, se desarrolló la Eucaristía que las comunidades de la arquidiócesis acompañaron de modo virtual a través de los medios digitales. El arzobispo saludó especialmente “a los familiares del joven, a la comunidad bellavistense y en particular a los parroquianos de María Auxiliadora y otras comunidades, a los integrantes del Equipo Vocacional arquidiocesano, donde el nuevo diácono prestó servicios pastorales como seminarista en su período formativo”.
La ordenación, que había sido postergada a causa de la pandemia, se realizó en esa fecha, dentro de la novena en honor a la Santísima Cruz de los Milagros, cuya conmemoración patronal coincide este año con la Jornada de Oración por las Vocaciones, el próximo domingo 3 de mayo, Domingo del Buen Pastor.
Haciendo referencia al Evangelio de los discípulos de Emaús, monseñor Stanovnik expresó: “Ellos que se marchaban de Jerusalén desilusionados por la humillante muerte de Jesús. Esperaban otra cosa de Él, creían que con Él por fin el mundo cambiaría para bien. Pero todo terminó en un fracaso”. Pero cuando los discípulos reconocen a Jesús “compartieron la alegría de haberse encontrado con el resucitado”. “Estos testigos de la resurrección de Jesús nos enseñan que a Él lo descubrimos y vamos conociendo más a través de la Palabra que es Él mismo, en la Eucaristía donde lo compartimos como Pan de Vida, y en la comunidad desde donde lo anunciamos con fervor y audacia a todo aquel que desea escucharlo y recibirlo en su vida”.
Luego monseñor Stanovnik dirigió unas palabras al neodiácono: “El diaconado en la Iglesia es un ministerio de servicio, sobre todo servicio caritativo hacia los más pobres, un servicio que se ilumina y se nutre de la figura de Jesús Servidor, de Dios sirviendo con humildad a todo aquel que se deja atender por Él. También es servicio a la Palabra por medio de la predicación y de la catequesis, dirigir celebraciones litúrgicas, administrar el bautismo, bendecir matrimonios, llevar el viático a los moribundos y presidir las exequias. El diácono se vincula también de un modo más estrecho con el altar donde se celebra el memorial, el sacrifico y el banquete, y se actualiza la muerte y resurrección de Jesús”.
Antes de concluir, el arzobispo se dirigió a la “bienaventurada Virgen María”, para encomendarle la vida de Cristian: “Te encomendamos a Ella, para que te cuide y te anime a darte todo y hasta el final en el servicio diaconal ahora y luego, si Dios quiere, en el servicio presbiteral”. +
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