Mons. Martorell anima a creer en Jesús como persona viva y presente
Puerto Iguazú (Misiones) (AICA): El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, compartió una reflexión en torno al evangelio en el que Jesús sale al encuentro de unos discípulos que se dirigían a Emaús, que reconocen al Señor solo cuando éste parte el pan entre ellos. El prelado afirmó que estos seguidores creían en el “Jesús político”, pero no confiaban aún en su resurrección; de este modo, llamó a los fieles a creer en Él como una persona viva y presente.
Monseñor Martorell sostuvo que los discípulos de Emaús conocían que el sepulcro estaba vacío, pero estaban tristes porque no lo habían visto con sus propios ojos. “¡No se daban cuenta de que Jesús estaba a su lado, caminando con ellos hacia Emaús! La idea de un Jesús político les impedía reconocer al Salvador prometido. ¿Cómo esperar salvación de quien ha muerto colgado de un madero?”, observó.
El prelado recordó que Jesús les habló y les explicó las Escrituras y todo lo que los Profetas habían dicho del Mesías, pero así y todo no se disponían a creer. “De hecho –agregó- muchos de nosotros podemos caminar con Jesús a nuestro lado y no reconocerle. Podemos entender las Escrituras y tener un gran conocimiento de ellas, pero no escuchar ni reconocer la voz del Señor”.
El obispo destacó que Jesús se manifestara al partir el pan, en el “gesto eucarístico y trascendente” que es “signo de su presencia y compañía verdaderas”. Lamentó que la fe de muchos creyentes esté “fría, dormida, llena de erudición pero incapaz de transformar la vida y de llenar el corazón”. Adujo que se debe a la falta de relación íntima en la oración al Señor, alimentada por la fe con la certeza de que solo Dios basta.
“Pocos son los que niegan que Jesús haya existido y hasta admiten la historicidad de los evangelios, pero no creen en Él como una persona viva y presente en sus vidas, que desea ser el compañero de camino y el huésped de sus corazones. ¿Es para nosotros la Eucaristía el banquete que nos alimenta en la vida del misterio de Cristo muerto y resucitado? Que el “¡quédate con nosotros Señor!” brote de nuestros corazones pues tenemos la certeza de que El es la única Verdad en el tiempo y la historia”, concluyó.+
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