Mons. Santiago convocó a los nicoleños a vivir la “cultura del encuentro”
El octavo obispo de esta jurisdicción eclesiástica fue puesto en funciones por el arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Eliseo Martín, en su carácter de metropolitano.
En su primera homilía, monseñor Santiago agradeció la presencia del nuncio apostólico, monseñor Paul Emil Tscherrig, los obispos, sacerdotes y fieles locales y de las diócesis de Santo Tomé y Rafaela.
El prelado adelantó que quiere visitar todas las parroquias y comunidades religiosas y consagradas como “un padre y un amigo”, y propuso a los nicoleños a tender “juntos a un ideal realizable, ser comunidades donde se vive una ‘ecología humana” y convertir los templos y comunidades en “espacios verdes”.
Monseñor Santiago convocó a pedirle a Jesús que los ayude a ser “profundamente orantes”, que otorgue la gracia de formar comunidades ecológicas, donde “se viva la cultura del encuentro y la espiritualidad de comunión como servicio a un mundo acusador, crispado y confrontativo”.
Asimismo, le pidió a Jesús misericordioso que les otorgue la gracia de “formar comunidades donde se viva la sensibilidad de la caridad expresada en el compromiso con los marginados, los enfermos, los ancianos, los que están solos, los lastimados; comunidades donde se abrace a la humanidad doliente como respuesta a la globalización de la indiferencia”.
”Enviado del Padre, ayúdanos a ser una diócesis donde la Buena Noticia de nuestro encuentro con Jesucristo Vivo nos impulse a ‘salir’, a ir casa por casa, a organizar una pastoral misionera, para compartir el gozo del Evangelio”, rogó.
En otro momento de la homilía, el nuevo obispo detalló la importancia que la Virgen tuvo y tiene en su vida, y destacó que la Virgen María lleva al encuentro con Cristo donde Él dijo que estaba: en el que tiene hambre, no tiene vestido, ni agua, ni comida, ni vivienda, está preso y enfermo”.
Por último, monseñor Santiago pidió a María Santísima la gracia de “seguir a Cristo en la fe, como Ella lo siguió”.
“María del Rosario de San Nicolás, María de Itatí, del Valle de Catamarca, del Milagro de Salta, María de Lujan, María de Guadalupe, de Lourdes, de Fátima, Nuestra Señora del Carmen, María de todas las advocaciones que nos muestran tu cercanía de Madre, llévanos al encuentro con Cristo y alcánzanos de Él la gracia de la conversión; María de la anunciación, enséñanos que el don de la fe comienza en el silencio de la oración, escuchando la palabra de Dios, amándola nuestro corazón y poniéndola en práctica; María de Pentecostés, enséñanos que por la apertura al Espíritu Santo los que no se entienden comienzan a comprenderse y a vivir en la unidad; María de la Visitación, que dignificaste a tu prima Isabel con tu visita y tu servicio, ayúdanos a recorrer tu camino misionero y el de tu Hijo Jesucristo”, concluyó.+
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