Roma (Italia) (AICA): En la plaza del Campidoglio, antiguo palacio papal y actual sede del municipio de Roma, 400 líderes de diversas religiones firmaron, en la tarde del martes 1 de octubre, el “Llamado de paz–Roma 2013”. Cardenales, obispos, patriarcas, beatitudes, rabinos, imanes se abrazaron en un cierto momento de la ceremonia y tras encender las velas de dos candelabros en signo de paz, uno a uno firmaron el llamado. “Con la fuerza de nuestras religiones declaramos el empeño por la paz. Decimos a todos: nadie puede utilizar la religión para la violencia” se lee en la carta que firmaron.
Cardenales, obispos, patriarcas, beatitudes, rabinos, imanes se abrazaron en un cierto momento de la ceremonia y tras encender las velas de dos candelabros en signo de paz, uno a uno firmaron el llamado.
“Con la fuerza de nuestras religiones declaramos el empeño por la paz. Decimos a todos: nadie puede utilizar la religión para la violencia” se lee en la carta que firmaron.
La que precisa: “Solemnemente rechazamos el terrorismo religioso: utilizar el nombre de Dios para asesinar es blasfemo. El terrorismo religioso niega en la raíz la religión”.
Y concluye: “Nada es imposible si nos dirigimos a Dios con la oración” y “nosotros, hombres de religiones diversas queremos empeñarlos en hacer crecer este gran movimiento por la paz. Roma, 1° octubre 2013”.
La XXVII Reunión Internacional "El coraje de la esperanza. Religiones y culturas en diálogo” fue organizado por la comunidad de San Egidio, participaron más de 5 mil personas, y se realizaron 32 mesas redondas con personalidades de gran importancia.
Las tres jornadas iniciaron el domingo 29 de septiembre con una eucaristía celebrada por el cardenal vicario de Roma, Agostino Vallini en la basílica pontificia de San Pablo extramuros.
El lunes 30 los dirigentes de San Egidio y diversos líderes religiosos fueron recibidos por el papa Francisco en el Vaticano: "Gracias a la comunidad de san Egidio –dijo el santo padre- por seguir el camino marcado por el beato Juan Pablo II en el histórico encuentro de Asís en 1986, cuando el papa invitó a los líderes religiosos a rezar por la paz: no más los unos contra los otros, sino los unos junto a los otros" dijo.
La cumbre partió de una constatación: en la guerra y violencia que golpea a diversos países de Medio Oriente, no basta una solución política, porque existe además un factor religioso.
La conclusión de las mesas redondas y encuentros que se realizaron en Roma, a pesar de la diversidad religiosa de los conferencistas encontraron un mensaje, un denominador común: la religión no puede ser instrumentalizada para realizar guerras y violencia.
En la ceremonia de cierre, en la iglesia de Santa María en Ara Coeli, los cristianos se reunieron en oración en una ceremonia llena de significado y con un clima de gran recogimiento, con lecturas, varios testimonios y cantos sacros.
Concluida la misma desde la iglesia contigua al Campidoglio, los cristianos descendieron la escalinata encontrándose con los representantes de las demás religiones en costado de la plaza, en el 'largo Sixto IV'.
Los judíos llegaron desde el cercano Templo Mayor por la subida de San Pedro en la Cácel; unos 20 líderes budistas y otros tantos musulmanes entraron desde el ingreso de Sixto IV; desde los jardines hicieron ingreso unos 10 representantes de las religiones indues; desde la escalinata de la sala Julio Cesar llegaron 8 tenri kyo; del pórtico de la derecha 4 sikh. Y allí en el 'Largo Sixto IV' todos se dieron un abrazo de paz.
Desde aquí fueron al estrado delante del Campidoglio en donde firmaron el Llamado de Paz. La plaza estaba llena y en los primeros bancos estaban presentes diversos embajadores de los países latinoamericanos. +
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