Dublin (Irlanda) (AICA): El domingo 6 de octubre se celebró en Irlanda el “Día por la vida”. Con este motivo los obispos de Irlanda dieron a conocer una declaración titulada: “Cuida de la vida. Vale la pena”, en la que exhortan a ¨ver la vida como una unidad, cuidando de ella como si se tratara de un manto sin costuras que se extiende desde la concepción hasta la muerte natural¨. Los prelados pidieron a los fieles ¨construir una cultura de la vida¨ a través de ¨nuestra compasión y cuidado por los demás, especialmente aquellos que son más vulnerables¨.
Los prelados pidieron a los fieles "construir una cultura de la vida" a través de "nuestra compasión y cuidado por los demás, especialmente de aquellos que son más vulnerables".
Los prelados irlandeses –señala una información de Gaudium press- se refirieron a la situación actual señalando tres aspectos esenciales: El cuidado por los niños no nacidos y sus madres, la debida atención de las personas mayores, y el cuidado de quienes tienen riesgo de suicidio y sus familias. De esta manera la Iglesia en Irlanda recuerda el deber de caridad frente a quienes reciben como falsa solución alternativas de muerte cuando padecen situaciones de sufrimiento y angustia.
La vida naciente
"La Iglesia trabaja para proteger la vida de los no nacidos y sus madres y para apoyarlos práctica, emocional y espiritualmente", recordaron los prelados en su declaración. "Como feligreses, padres de familia, políticos, miembros de profesiones legales, médicas y de atención, tenemos el deber de hacer todo lo que podamos para construir una cultura de vida", exhortaron los obispos. "La vida de una madre y de su hijo no nacido son sagradas ambas y merecen ser protegidas de igual manera".
La declaración también recordó que la Iglesia recibe con misericordia a las personas que han estado involucradas en el aborto: "Dios, nuestro amoroso Padre, a través del Sacramento de la Reconciliación está siempre dispuesto a abrazar con comprensión y compasión a aquellos hombres y mujeres que sienten remordimiento debido a un aborto y acuden a la confesión buscando perdón, reconciliación y absolución".
Los ancianos
Los obispos también afirmaron que la Iglesia, "a través de los siglos", ha liderado la atención y cuidados de los ancianos y continúa ejerciendo dicho ministerio. De acuerdo a esta tradición, pidieron a los fieles tener una actitud distinta hacia la vejez, que tenga en cuenta su integridad y trascendencia. A quienes cuidan de personas mayores en casa o como actividad profesional, los prelados motivaron que se vea "más allá de los retos que pueden ser parte del cuidado de una persona con necesidades físicas o mentales especiales y ver su dignidad inherente y el destino eterno de la persona". Esta visión cristiana permite ofrecer dichas dificultades como "un sacrificio espiritual y una oportunidad para crecer en la santidad personal y la gracia".
La Iglesia en Irlanda denunció a su vez un progresivo descuido de los mayores y los enfermos, que frecuentemente es originado en una actitud de descarte descrita de forma gráfica recientemente por el papa Francisco: "Este hombre mayor, esta mujer mayor, es inútil; descártenlos, como cuando colgamos el abrigo de lluvia durante el verano porque ahora son desechables, inútiles", denunció el Santo Padre.
De forma contraria, los Obispos irlandeses recordaron que la propuesta de la Iglesia es el amor que inspira la entrega personal. "Está expresado en términos prácticos como compasión y cuidado, especialmente por los más vulnerables", explicaron. "Acoge aquellos cuyas vidas serían de otro modo negadas o rechazadas por una visión de la vida consumista y de costo-beneficio que es cada vez más evidente en la sociedad".
Personas en riesgo de suicidio
"La mayor incidencia de suicidio, especialmente entre hombres jóvenes, es una materia de grave preocupación", declararon los prelados. Por este motivo recordaron la disposición de la Iglesia a ayudar en estos casos y motivaron a quienes encuentran que tienen pensamientos suicidas buscar ayuda y apoyo para su situación, especialmente en las instituciones especializadas en esa ayuda. "Le pedimos elegir la vida, no la muerte. Los llamamos a no ser engañados por la mentira de que tomar la propia vida es, en alguna circunstancia, una solución útil, humana o digna para algún problema", exhortaron. "El suicidio nunca es la solución".
Los obispos también pidieron abandonar la idea de que un cierto número de tragedias de este tipo son inevitables y por tanto tolerables, y renovaron el llamado a un trabajo decidido en la prevención del suicidio y la atención a las personas que enfrentan sentimientos suicidas y sus familias.
Finalmente, la declaración afirmó que la defensa de la vida involucra a todas las personas y debe ser un esfuerzo continuo en todos los campos. "La doctrina social de la Iglesia sostiene la visión de que ninguna persona debería ser nunca marginada y puesta de lado. Todos tenemos un valor inherente que no viene de los gobiernos o el Estado, sino del corazón mismo de Dios". Los Obispos invitaron a las personas de buena voluntad y que desean construir una sociedad más digna de la persona humana a "dar renovado valor al lugar del amor desinteresado en la vida social, política, económica y cultural, haciendo que el respeto de la dignidad inherente y preciosidad de la vida, desde la concepción hasta la muerte natural, sea el estándar constante por el cual se tomen todas nuestras decisiones".+
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