Mons. Frassia animó a responder a Dios con la vida

Mons. Frassia animó a responder a Dios con la vida




Valentín Alsina (Buenos Aires) (AICA): Al celebrar la confirmación de decenas de niños y jóvenes, el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, exhortó a los jóvenes de la comunidad a escuchar la voz de Dios, que habla por medio de la Palabra, de la Eucaristía, a través de los demás y por medio de su Madre, la Virgen. Los instó a ser agradecidos a Dios con la vida, el testimonio diario del Evangelio.

El obispo de Avellaneda, monseñor Rubén Oscar Frassia, celebró la fiesta patronal de la parroquia Nuestra Señora de Fátima, en una jornada que se vio realzada por la confirmación de 79 niños y jóvenes de la comunidad. En su homilía a los confirmandos, el obispo los animó a reflexionar sobre el don de la vida y los animó a ser agradecidos a Dios y a sus padres. Les dijo que la vida es igual que un regalo, que se debe agradecer de igual modo.

Luego, monseñor Frassia reflexionó junto a ellos sobre el sacramento del bautismo y de la confirmación. “¡Cómo serán de importantes que se dan una sola vez en la vida y para siempre!”, expresó.


“En el bautismo Dios nos tomó e hizo un pacto con nosotros: a partir de ese momento es para nosotros Dios; y nosotros su pueblo. Es una alianza indeleble, no se va a destruir ni quebrantar jamás. ¿Saben por qué? Porque Dios no se arrepiente de lo que hace. A veces somos nosotros, los hombres, que nos borramos, nos apartamos, nos alejamos; pero Dios no se aleja jamás, está siempre”, explicó.


“El sacramento de la confirmación –añadió- es la gracia de Dios mismo que nos dice que va a estar siempre con su amistad para que seamos siempre discípulos y para que siempre seamos testigo de esto”.


El obispo relató una situación de su vida personal, cuando de niño sentía miedo al perder de vista a su padre en la calle. Entonces, él gritaba y su padre le aseguraba que lo iba a encontrar. Formaba parte de un juego de “escondidas”.


“En este ejemplo personal, veo cómo obra Dios. Dios va a estar siempre al lado nuestro, pero esto no asegura que nosotros estemos al lado de Él. Dios estará siempre a nuestro lado, en las buenas y en las malas; nos portemos bien o nos portemos mal. ¿Por qué va a estar siempre? Porque es misericordioso, tiene ternura y bondad”.


A partir de este ejemplo, el prelado exhortó a los jóvenes de la comunidad a escuchar la voz de Dios, que habla por medio de la Palabra, de la Eucaristía, a través de los demás y por medio de su Madre, la Virgen. Respecto a María, dijo: “Ella está presente en nuestra vida. Nos enseña a escuchar a Jesús, que su palabra no esté en vano en nosotros y que le podamos responder. ¿Y cómo se responde? Con todo lo que somos, con toda nuestra vida, con nuestros límites, fragilidades, errores, pero queremos responderle”.


Así, monseñor Frassia instó a ser agradecidos a Dios con la vida y el testimonio diario del Evangelio: “Sepan que ser cristianos nos hace superar un límite muy fuerte, el que nos quiere proponer la sociedad. ¿Cuál es? El que nos quiere hacer vivir al capricho, al sólo por hoy, ‘vivo mi vida y lo demás no me importa’”.


“El alma no se llena con cosas –aclaró-. Se llena con amor, con valores, con dignidad, con buen servicio, siendo buenos hijos y buenos hermanos, el alma se llena con eso. ¡Y nuestra alma es tan importante que no tiene precio, no se compra ni se vende! Nuestra vida es tan importante que tenemos que vivirla con intensidad y en plenitud”.+


Texto completo de la homilía



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