La felicidad se puede alcanzar, pero no es un regalo individual sino comunitario



Gualeguaychú (Entre Ríos) (AICA): El obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano, destacó el valor de la amistad y consideró que la felicitad se puede alcanzar, pero aclaró que “no es un regalo individual sino comunitario. Para ser feliz tengo que abrir la mano y el corazón a los demás”. “La amistad que nos ofrece Jesús Resucitado no es un sentimiento de bienestar egoísta, sino un llamado a entregar la vida por amor a todos. El encuentro con Cristo vivo nos libera de la opresión del individualismo, de la conciencia aislada. Y quien posee esa alegría tiende a comunicarla a todos. ¿Te animás a sumarte?”, interpeló en su columna nacional.

El obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano, destacó el valor de la amistad y dijo que hace mucho bien y recordó que Jesús también nos llama amigos y “quiere nuestra alegría, y que esa alegría sea perfecta”.

“Jesús nos elije para ser amigos. Y Él también disfruta pasar tiempo con cada uno de nosotros. No le somos indiferentes. No le da igual que lo visitemos o lo olvidemos. Nos abre su oreja y su corazón para recibirnos, sanar las heridas, alentarnos en el camino de cada día”, subrayó en su columna semanal.


Al reflexionar sobre la lectura dominical, en la que Jesús le dice al apóstol Tomás: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”, explicó que “el Maestro no sólo enseña, también acompaña y fortalece. Él mismo es Buena Noticia para nosotros”.


“¡Qué hermosas imágenes emplea Jesús!” -exclamó- “No nos señala con el dedo el lugar hacia el cual dirigirnos, sino que Él mismo se hace camino. Por eso permanecer en amistad con Jesús no es aburguesarse o instalarse con comodidad, sino estar dispuestos a marchar, a vivir con el estilo de quien se reconoce peregrinando, de paso por este mundo”.


Tras señalar que “Cristo también es la Verdad, nos muestra quién es Dios, y quiénes nosotros, y qué es este mundo”, agregó: “Nos libera de la idolatría de llamar ‘dios’ a lo que no lo es. Ni el dinero, ni mi egoísmo, ni las cosas, son dioses. Sólo Dios colma el corazón humano”.


“Finalmente es la Vida en abundancia, el amor que desborda y contagia. La libertad poseída y entregada en servicio”, indicó.


Monseñor Lozano se preguntó si “se puede alcanzar la felicidad” y consideró que sí, aunque precisó: “Con otros. No es un regalo individual sino comunitario. Para ser feliz tengo que abrir la mano y el corazón a los demás”.


“La amistad que nos ofrece Jesús Resucitado no es un sentimiento de bienestar egoísta, sino un llamado a entregar la vida por amor a todos. El encuentro con Cristo vivo nos libera de la opresión del individualismo, de la conciencia aislada. Y quien posee esa alegría tiende a comunicarla a todos. ¿Te animás a sumarte?”, concluyó.+



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