Mons. Collazuol alienta a una comunidad parroquial abierta y misionera
Concordia (Entre Ríos) (AICA): El obispo de Concordia, monseñor Luis Collazuol, destacó el valor de la comunidad parroquial y recordó que ella es prioridad en el plan pastoral diocesano. Lo hizo al presidir el pasado 7 de marzo la asamblea diocesana de pastoral en el colegio Mitre. El prelado precisó que la parroquia debe recibir con los brazos abiertos y ser eminentemente misionera, además de ser un lugar donde sea posible recorrer un camino de crecimiento en la fe y donde se organice la caridad hacia todos.
El prelado precisó que la parroquia debe recibir con los brazos abiertos y ser eminentemente misionera, además de ser un lugar donde sea posible recorrer un camino de crecimiento en la fe y donde se organice la caridad hacia todos.
“¡Qué bueno es que muchos sean conquistados por la acogida cordial encontrada en la parroquia y por la atmósfera de caridad que se respira en esa comunidad!”, exclamó y agregó: “La parroquia es la casa de todos: nadie debe sentirse excluido. Debemos encontrar modos de que todos se sientan acogidos, también aquellos que no pueden recibir los sacramentos pero que en tanto pueden vivir la Palabra de Dios, orar con los hermanos, educar a los hijos en la fe, participar en los servicios de caridad, compartir alegrías y dolores”.
El obispo sostuvo que “la comunidad parroquial es misionera por naturaleza, es evangelizada y evangelizadora” y subrayó que “la fe es un don de Dios para vivirlo en comunidad (familias, parroquias, asociaciones y movimientos) y para irradiarlo fuera”.
Tras expresar el anhelo de “una educación en la fe que comience en casa, por los padres, desde la más tierna infancia, y continúe en un itinerario formativo gradual y permanente, durante toda la vida”, indicó que “la catequesis en la familia precede, acompaña y enriquece las otras formas de enseñanza de la fe”, aunque reconoció que “con mucha frecuencia no es así”.
Monseñor Collazuol afirmó que “en el contexto de la renovación de nuestras parroquias a la que nos compromete el Plan Pastoral diocesano, debemos orientar nuestras comunidades a la Eucaristía como fuente y culmen de su vida y de su misión, y a una celebración plena, activa, gozosa y comunitaria de todos los sacramentos” y consideró que “es bueno que las manifestaciones propias de los grupos de la comunidad cristiana encuentren su momento de comunión en el día del Señor, en torno a la celebración eucarística dominical”.
Recalcó, además, que, es necesario “asumir con renovado ardor la opción preferencial por los pobres y la promoción humana, que tiene como fundamento la conversión a la Persona de Jesucristo” y precisó que “esta opción debe atravesar todas nuestras estructuras y prioridades pastorales”.
Asimismo, estimó “muy importante en la renovación pastoral fortalecer nuestras Cáritas parroquiales, para animar y coordinar la obra caritativa de la comunidad y promover el desarrollo integral de todos, con preferencia por las periferias humanas”.
El prelado citó lo que dice el papa Francisco acerca de la parroquia: “La parroquia no es una estructura caduca; precisamente porque tiene una gran plasticidad, puede tomar formas muy diversas que requieren la docilidad y la creatividad misionera del Pastor y de la comunidad. Aunque ciertamente no es la única institución evangelizadora, si es capaz de reformarse y adaptarse continuamente, seguirá siendo ‘la misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas’. Esto supone que realmente esté en contacto con los hogares y con la vida del pueblo, y no se convierta en una prolija estructura separada de la gente o en un grupo de selectos que se miran a sí mismos. La parroquia es presencia eclesial en el territorio, ámbito de la escucha de la Palabra, del crecimiento de la vida cristiana, del diálogo, del anuncio, de la caridad generosa, de la adoración y la celebración”.
“A través de todas sus actividades, la parroquia alienta y forma a sus miembros para que sean agentes de evangelización. Es comunidad de comunidades, santuario donde los sedientos van a beber para seguir caminando, y centro de constante envío misionero. Pero tenemos que reconocer que el llamado a la revisión y renovación de las parroquias todavía no ha dado suficientes frutos en orden a que estén todavía más cerca de la gente, que sean ámbitos de viva comunión y participación, y se orienten completamente a la misión”, concluyó.+
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