Mons. Marino: “El cambio del mundo empieza en el cambio del corazón"
Durante los días de la visita pastoral por el barrio del santuario San Cayetano, el obispo fue acompañado por el párroco del lugar, presbítero Juan Pablo Cayrol, y el diácono Miguel Correa. Monseñor Marino visitó el colegio Jesús María, el jardín de infantes San Cayetano, la escuela primaria n° 33 y la sede de la colectividad Molisana.
También, se encontró con las comunidades de las capillas San Benito, San José, Santa Lucía, Nuestra Señora de la Esperanza, Santiago Apóstol y San Blas. Asimismo, se reunió con jóvenes, niños, catequistas, miembros del oratorio Ceferino Namuncurá, el grupo scout, voluntarios del santuario de San Cayetano y de las pastorales Cáritas y Noche de la Caridad. Finalmente, el encuentro concluyó el domingo por la mañana, con una misa con los niños.
“Me alegra el alma verlos aquí reunidos”, manifestó el obispo en su homilía y aseguró: “Estoy muy contento por todo lo que he podido ver, escuchar, tantos diálogos y encuentros. Pude ver una Iglesia que está viva, que está siempre inquieta buscando caminos para que Jesús sea más conocido y amado”.
Luego, recordó sobre una pregunta que le Hizó un joven en un colegio. “Un par de días atrás, estuve en un colegio, y se abrió un diálogo, dando la posibilidad de que pudieran hacerme preguntas. Un joven del secundario expresó: ‘Monseñor ¿Cuál cree usted que tiene que ser para nosotros la manera de cambiar este mundo?’. Y mi respuesta fue: ‘Lo primero de todo, empecemos por el cambio de nuestro corazón, el cambio del mundo está adentro, en mi mentalidad y en mis actitudes interiores”, relató.
Y agregó: “Volviendo al programa que nos presenta el Evangelio, si yo aprendo a ser misericordioso con los demás, a perdonar, si yo aprendo a confiar en Dios en todas las circunstancias de la vida, si aprendo a servir, si quiero ser valioso ante los ojos de Dios, el cambio del mundo está empezando por ahí, aunque no se note”.
Asimismo, aseguró que si empezamos “limpiando, purificando este espacio interior”, de allí después surgen nuestras obras y, si se van sumando las voluntades de aquellos que quieren vivir según las enseñanzas de Jesús, se empieza a crear una cultura distinta, se crea una mentalidad nueva, y un mundo nuevo. “Esa es la tarea que tenemos los cristianos”, aseveró.
“Jesús siempre nos pide más, entonces para eso se hace presente el obispo, para alentar bendecir todo lo bueno que se hace y decir que es posible hacer más y con la ayuda de Dios, lo vamos a hacer. Siempre Jesús nos invita a crecer. Las estructuras de la Iglesia, el templo, las distintas instituciones, Cáritas, noche de la caridad, la catequesis, los scouts, legión de María y tantas otras, todo eso tiene como finalidad servir a la evangelización, al anuncio de Cristo como camino de salvación”, aseguró monseñor Marino.+
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