“En el acto sublime del sacrificio y la entrega -dijo monseñor Frassia-, Cristo es capaz de decir: ‘Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen’, dando todavía el perdón”. Por eso, agregó, debemos aprender “que la entrega, el amor, el sacrificio y el perdón, son esenciales para la sabiduría de nuestra alma, para la sabiduría de nuestra convivencia, de las relaciones interpersonales, sociales, cívicas, eclesiales. Cosas tan importantes y que sin embargo las olvidamos a lo largo del camino, por el individualismo, las injusticias, mentiras, infidelidades, odios, rencores, las frialdades. Es importante que volvamos a recuperar el sentido de nuestra vida. La misión de Cristo -que es la entrega- y la misión de la Iglesia -que es seguir a Cristo- es recuperar el sentido en la historia de los hombres”.
“Para recuperar el sentido de la verdadera motivación de nuestra existencia, la convicción de que seguimos a Cristo, la identificación por la que llevamos el nombre de cristianos y que seguimos a Él en todo, tiene que estar explicado por las razones. Dar razones de nuestra fe. Explicar por qué tenemos fe. Mostrar a los demás la coherencia de nuestra fe. Es muy importante que Cristo reine en nuestros corazones. No hagamos fracasar en nosotros la cruz de Cristo. No hagamos fracasar en nosotros la paz y la unidad que el mundo necesita imperiosamente y que muchas veces no nos damos cuenta de ello”, concluyó.+
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