Buenos Aires, Rosario, Coronel Pringles, Mar del Plata, Venado Tuerto y Lanús adherirán mañana, 30 de noviembre, a la campaña mundial “Ciudades por la vida, ciudades contra la pena de muerte” convocada por la Comunidad de San Egidio.
La iniciativa, que se repite de 2002, quiere ser una contribución a la concientización de la sociedad y de la opinión pública argentina sobre el tema de la pena capital.
“Es una manifestación para pedir la abolición de la pena de muerte del mundo. En años anteriores, más de 2000 ciudades en el mundo han adherido al pedido de la Comunidad de San Egidio iluminando sus monumentos más significativos, organizando manifestaciones culturales, artísticas, académicas que ayudan a las personas a reflexionar que ‘sin justicia no hay vida’”, subrayaron en la convocatoria los organizadores.
La Comunidad San Egidio subrayó que “la violencia crea una espiral de violencia sin fin”, y recordó que el papa Francisco afirmó recientemente que la pena de muerte “no hace justicia a las víctimas, sino que fomenta la venganza. El mandamiento ‘no matarás’ tiene valor absoluto y abarca tanto a los inocentes como a los culpables”. "No hay que olvidar que el derecho inviolable a la vida, don de Dios, pertenece también al criminal", agregó citando al pontífice.
“En un tiempo de violencia urbana donde la agresión castiga a menudo a personas inocentes, como las jóvenes asesinadas en la Boca, no podemos permitir sin embargo que prevalezcan episodios de ‘justicia por mano propia’. En tal sentido el linchamiento o el reciente asesinato de un joven ladrón de 17 años en pleno centro porteño, marcan tristes signos de deshumanización”, detalló.
Por eso, la organización católica consideró oportuno recordar las palabras de los obispos argentinos cuando, en el mayo de 2014, emitieron el documento “Felices los que trabajan por la paz”.
“Son numerosas las formas de violencia que la sociedad padece a diario. Muchos viven con miedo al entrar o salir de casa, o temen dejarla sola, o están intranquilos esperando el regreso de los hijos de estudiar o trabajar. Los hechos delictivos no solamente han aumentado en cantidad sino también en agresividad. Una violencia cada vez más feroz y despiadada provoca lesiones graves y llega en muchos casos al homicidio. Es evidente la incidencia de la droga en algunas conductas violentas y en el descontrol de los que delinquen, en quienes se percibe escasa y casi nula valoración de la vida propia y ajena. La reiteración de estas situaciones alimenta en la población el enojo y la indignación, que de ninguna manera justifican respuestas de venganza o de la mal llamada ‘justicia por mano propia’. La creciente ola de delitos ha ganado espacio en los diversos medios de comunicación, que no siempre informan con objetividad y respeto a la privacidad y al dolor. Con frecuencia en nuestro país se promueve una dialéctica que alienta las divisiones y la agresividad”, sostuvo.+
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