“Para los cristianos, la sepultura es un acto de piedad y de fe, pues esperamos en ‘la resurrección de la carne’. Durante la Eucaristía confiamos a los difuntos a la misericordia de Dios con un recuerdo sencillo pero lleno de significado”, recordó ante los peregrinos reunidos en el Aula Pablo VI del Vaticano.
“Rezamos para que estén con él en el paraíso y con la esperanza de que un día también nosotros nos encontremos con ellos en ese misterio de amor que, si bien no comprendemos plenamente, sabemos que es verdad porque Jesús nos lo ha prometido”, agregó.
El pontífice señaló que “este recuerdo de rogar por los difuntos está unido también al de rogar por los vivos, que junto con nosotros cada día enfrentan las dificultades de la vida”.
“Todos, vivos y difuntos, estamos en comunión; en esa comunidad de quienes han recibido el bautismo, se han nutrido del Cuerpo de Cristo y hacen parte de la gran familia de Dios”, sostuvo.
Francisco saludó cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de España y Latinoamérica, a quienes invitó a “rezar unos por otros para que las obras de misericordia corporales y espirituales se conviertan cada vez más en el estilo de nuestra vida”.+
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