Una mirada pastoral sobre la situación social en la ciudad de Córdoba y alrededores
El arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Ñáñez, explicó en la introducción que el documento “se ofrece a toda la comunidad, particularmente a las comisiones arquidiocesanas y a los consejos pastorales parroquiales, con la intención que se sirvan del mismo, en orden a tener una mirada cada vez más adecuada de la realidad, en la que debemos concretar el anuncio del Evangelio y en la que debemos procurar reconocer la presencia del Reino de Dios y colaborar con su progresiva instauración”.
“Se trata de un valioso material de reflexión pastoral, que no tiene la rigurosidad del método científico, porque se basa fundamentalmente, en la experiencia de los agentes pastorales, que organizados en las distintas comisiones sociales arquidiocesanas, trabajan silenciosamente ayudando a los más vulnerables y desprotegidos, en la compleja tarea de sortear las dificultades que enfrentan cotidianamente”, precisó.
Asimismo, destacó el testimonio y el compromiso de los agentes, particularmente valioso, porque “nace del contacto directo con el drama, con el cuidado de la vida, y con dar sentido y esperanza a ciudadanos, hermanas y hermanos nuestros”.
El documento con observaciones y reflexiones sobre la situación social de la arquidiócesis de Córdoba se titula “Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba”.
El texto fue consensuado por las comisiones arquidiocesanas de Pastoral Social, Cáritas, Pastoral de la Salud, Pastoral Carcelaria, Pastoral de Migraciones, Pastoral de Adicciones y la Junta Arquidiocesana de Educación Católica (JAEC), y armonizado por el Consejo de Pastorales Sociales.
La Pastoral Social dedica capítulos a “los desafíos de vivir en nuestra casa común” y a los vínculos en la familia, en la sociedad; refiere a las “decisiones políticas inoportunas”, al “incremento de tarifas y otras decisiones” y a los “nuevos vulnerables”; a la educación, la salud, la vivienda, el trabajo (“El enfriamiento de la economía y sus consecuencias”, “Situaciones de trabajo irregular e informal” y “Sensación de orfandad gremial”.
También a la Drogadependencia, las migraciones, medios de comunicación, cuidado ambiental, los privados de la libertad, el problema de los niños y adolescentes en riesgo, el sistema carcelario, a la necesidad de pasar de “simples habitantes a ciudadanos comprometidos”, a aprender a “vivir en nuestra casa común” y la “mesa para todos”.
En las conclusiones, la Pastoral Social de Córdoba subraya la necesidad de “construir la Casa Común” y de globalizar la solidaridad, plantea “inquietudes y reflexiones con espíritu constructivo”, advierte que “el consumo es una tristeza individualista”, llama a ser “un pueblo samaritano”, recuerda que “el amor no margina ni excluye” y desea que “nuestra casa se la casa de María, la Madre de Jesús”.
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