Bodas de Plata episcopales de Mons. Rubén Frassia
Con este motivo, la oficina de prensa del obispado recordó que en ocasión del 40º aniversario de su ordenación sacerdotal, monseñor Frassia testimoniaba: “La vida de un sacerdote es excelente; mi familia siempre me acompañó y sentí gozo y felicidad. La vida de obispo es de mayor responsabilidad, mayores complejidades como administrar, gobernar, conducir, guiar, formar; es una tarea ardua pero Dios siempre da la gracia y es extraordinario. Estoy agradecido de la vocación que Dios me dio, agradecido de la vida, agradecido de mi familia. Dios ha sido muy misericordioso y de mucha ternura conmigo.”
Datos biográficos
Rubén Oscar Frassia nació en Buenos Aires el 1 de diciembre de 1945; fue ordenado sacerdote el 24 de noviembre de 1973 por el cardenal Juan Carlos Aramburu en la catedral de Buenos Aires; elegido obispo titular de Ceciri y auxiliar de Buenos Aires el 26 de febrero de 1992 por Juan Pablo II, fue ordenado obispo el 4 de abril de 1992 en la catedral de Buenos Aires, por el cardenal Antonio Quarracino, arzobispo de Buenos Aires, y los obispos co-consagrantes, monseñor Carlos Galán, arzobispo de La Plata y monseñor Eduardo Mirás, obispo auxiliar de Buenos Aires. Trasladado como primer obispo de San Carlos de Bariloche el 22 de julio de 1993, tomó posesión de esa sede episcopal el 15 de octubre de 1993. Trasladado como obispo de Avellaneda el 25 de noviembre de 2000, tomó posesión e inició su ministerio pastoral como quinto obispo de Avellaneda el 3 de marzo de 2001; desde el 24 de abril de 2001 es obispo de Avellaneda-Lanús. En la Conferencia Episcopal es miembro de la Comisión de Ministerios. Es licenciado en Teología Moral por la Universidad Gregoriana (Roma) y bachiller en Teología, por la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires (UCA). Su lema episcopal es “Adveniat Regnum tuum”.
Mensaje del papa Francisco
Anticipándose al feliz aniversario, el 11 de marzo último el papa Francisco envió a monseñor Frassia un cálido mensaje de felicitación y bendición, cuyo texto damos a continuación.
“Al venerable hermano Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús.
“Acercándose tu jubileo de plata episcopal, que celebrarás el día cuatro del próximo mes de abril, con mucho gusto queremos enviarte, Venerable Hermano, una palabra de espiritual estima y agradecimiento, alegrándonos contigo en el Señor que, tanto en tu vida como en tu ministerio, se ha dignado colmarte de dones que, en sus principales ocasiones, Nos place ahora recordar.
“Hijo de la ciudad de Buenos Aires, tan querida por Nosotros, presintiendo la vocación al sacerdocio ingresaste y te preparaste sólidamente para el anuncio del Evangelio. Ordenado sacerdote el día 24 de noviembre del año 1973, trabajaste con empeño en favor del bien espiritual de los fieles y ejerciste también como vicedirector del Seminario propedéutico, y luego director.
“Teniendo en cuenta tus méritos sacerdotales, San Juan Pablo II en el año 1992 te nombró obispo auxiliar de tu nativa arquidiócesis de Buenos Aires, en la que diligentemente ejerciste varios oficios. Pasado un año el mismo santo Predecesor Nuestro primero te constituyó Obispo de la diócesis de San Carlos de Bariloche, que gobernaste asiduamente, demostrando dotes de administrador, superando fielmente dificultades varias.
“En el año 2000, el del Gran Jubileo, te fue encomendada la diócesis de Avellaneda-Lanús, cuyo gobierno pastoral actualmente ejerces.
“Sin escatimar esfuerzos, ordenaste adecuadamente la tarea pastoral en unidad con el clero y los fieles laicos. Visitando las parroquias diligentemente, predicaste las verdades de la salvación y, considerando atentamente las circunstancias de nuestra época, has interpretado rectamente la doctrina de la Iglesia. De un modo especial has cuidado de las familias y los jóvenes, solícito de su educación católica, comunicándoles la verdadera esperanza cristiana.
“En ocasión de tu jubileo, te agradecemos con entusiasmo tus iniciativas pastorales, unidos fraternalmente en la común tarea episcopal, recordando las bondades de Buenos Aires, te deseamos lo mejor de todo corazón, teniéndote presente en nuestras oraciones. Finalmente te impartimos la Bendición Apostólica, signo de nuestra benevolencia en tu favor y prenda de todos los bienes, que extendemos a todos los sacerdotes y fieles de tu querida diócesis. Por último solicitamos tus oraciones para que el arduo ministerio petrino lo realicemos con fruto según la divina voluntad.
“Ciudad del Vaticano, a 11 días del mes de marzo del año 2017, cuarto de nuestro pontificado. Francisco, Papa.”+
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