“Cristo resucitado da luz y sentido a nuestra vida”, recordó Mons. Eduardo Martín
Cristo resucitado “ilumina, disipa las tinieblas de la mente y del corazón”, señaló. “Da luz a nuestra vida, para el camino de nuestra vida, da sentido a nuestra vida… Y el verdadero sentido de la vida es que somos fruto del amor de Dios y hemos sido hechos a su imagen y semejanza”, afirmó.
“Él nos ha creado para la gloria, para la resurrección y ahí está la meta. No somos vagabundos, somos peregrinos hacia esa meta. Si estoy en el camino verdadero llego”. El poder de la resurrección de Cristo “hace nuevas todas las cosas, aniquila el pecado y nos hace renacer a la vida de hijos de Dios”, afirmó monseñor Martín.
“¡Cuántas gracias tenemos que dar!”, exclamó y lamentó: “Cuanta gente camina por la vida con la culpa, con el remordimiento, sin conocer que Cristo ha resucitado y que con el poder de su resurrección nos da la vida de la gracia”.
El prelado invitó a “no vivir en la ignorancia de este don”, y pidió: “Vivamos en gracia de Dios. El pecado nos aparta, mata la vida del Señor en nosotros, la gracia nos hace revivir y ser liberados de la servidumbre del pecado”.
“La resurrección de Cristo nos habla de la esperanza de nuestra resurrección... Con la resurrección la muerte no es la última palabra. La última palabra es la vida perdurable”, explicó. “Que podamos vivir en esta fe y en esta esperanza de la vida eterna y la resurrección de la carne. No somos pasto de los gusanos, tendremos que morir físicamente, pero vamos a resucitar. Pues si Cristo no hubiese resucitado, tampoco nosotros resucitaríamos”, señaló.
“Al final va a rescatar todo lo bueno, todo lo verdadero, todo lo bello que los hombres hayamos vivido en esta vida. ¿Cómo no estar alegres entonces al experimentar estos dones maravillosos?”, manifestó el arzobispo.
Monseñor Martín aseveró que cuanto más se oscurece el sentido de la vida, más se oscurece también el respeto por la dignidad de las personas. “Lo podemos ver simplemente con ver la televisión, leer los diarios, escuchar las noticias de la trata de las personas, los abortos, de los femicidios, de las drogas, las guerras, la corrupción, el hambre…porque cuanto mas nos olvidamos de Dios mas terminamos olvidándonos de nuestros hermanos”, aseveró.
“Por eso la señal de que descubrimos a Dios y de que estamos en el camino verdadero se traduce siempre en el amor y el respeto a nuestro prójimo”, expresó y exhortó: “Vayamos a anunciar con nuestra vida que Cristo ha resucitado y que por lo tanto la esperanza vuelve a brillar para todos los hombres”.+
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