El papa Francisco prosigue así la tradición de celebrar la misa del Jueves Santo y el rito del lavado de los pies en las ‘periferias existenciales’, como él las define.
En 2013 el Papa acudió a la Cárcel de menores Casal de Marmo y en 2014 el Pontífice acudió a la Fundación Don Carlo Gnochi-Centro “Santa María della Providenza”, donde lavó los pies a una docena de enfermos. En 2015 celebró la Misa y el Lavatorio en la cárcel de Rebbibia, en la periferia de Roma, donde lavó los pies a doce detenidos. El año anterior, 2016, celebró el Jueves Santo en Castel Novo di Porto, un centro de refugiados e inmigrantes.
Desde el año pasado, en respuesta al pedido del Santo Padre, la Congregación para el Culto Divino y la Doctrina de los Sacramentos emitió un decreto con las indicaciones litúrgicas sobre el rito del “lavatorio de los pies” en el que indica que los pastores podrán elegir “a un grupo de fieles que represente la variedad y la unidad de cada porción del pueblo de Dios. Ese grupo puede estar formado por hombres y mujeres y, convenientemente, por jóvenes y ancianos, sanos y enfermos, clérigos, consagrados, laicos”.
La cárcel de Paliano está situada sobre una pequeña montaña y fue una fortaleza en la época del renacimiento italiano que fue construida en 1565. Fue donada al Vaticano en 1864 y años más tarde su propiedad pasó de nuevo al estado italiano. Los detenidos realizan en el interior de la estructura trabajos de restauración, de huerto y tienen otras actividades productivas, como una pizzería interna.+
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