“El pueblo norteamericano puede estar seguro de que esta administración –este departamento de estado y la agencia USAID– hará todo lo posible por cuidar los dólares de los contribuyentes y para proteger y respetar la santidad de la vida de la gente en todo el mundo”, dijo Pompeo.
El Departamento de Estado “tomará todas las acciones adecuadas” para implementar la política de Ciudad de México “hasta donde sea posible”, agregó.
La política de Ciudad de México, que se instauró durante el gobierno de Ronald Reagan (1981-1989), prohíbe el uso de los fondos provenientes del dinero de los contribuyentes para financiar las ONG que “hagan o activamente promuevan” el aborto como una forma de planificación familiar. Pompeo amplió esta definición y anunció nuevas restricciones para el uso de fondos federales.
“Como resultado de mi decisión, también dejamos claro que rechazaremos asistir a ONG internacionales que apoyen financieramente a grupos extranjeros en la industria global del aborto”, explicó el Secretario de Estado.
Una de las medidas es la entrada en vigor de la “Enmienda Siljander” que prohíbe el uso de fondos federales, incluida la ayuda exterior, para el lobby a favor del aborto.
Esta decisión, dijo Pompeo, es una respuesta al lobby a favor del aborto que proviene de la OEA, que debería preocuparse no por este tema sino por las crisis en varios de sus países miembros como Cuba, Nicaragua y Venezuela.
El Secretario de Estado indicó que reducirá la cantidad de dinero que Estados Unidos entrega a la OEA anualmente. “Esta reducción equivale a lo que Estados Unidos daría y que la OEA usaría en las actividades relacionadas con el aborto”, precisó.
Estados Unidos contribuye con unos 9 mil millones de dólares anuales para programas globales de salud.
Desde que la política de Ciudad de México se reactivó en 2017, explicó el Secretario de Estado, la “gran mayoría” de ONG relacionadas a este tema dejaron de promover el aborto para seguir recibiendo fondos.
Con esto, explicó Pompeo, es claro que Estados Unidos “puede seguir cumpliendo nuestras metas de salud global, incluida la del cuidado sanitario de las mujeres, mientras se rechaza el subsidio para el asesinato de los niños por nacer”.+
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