XVII Foro de Educación en Buenos Aires: “Llamados a enseñar y acompañar la vida”
Luego de la bienvenida a los casi mil docentes y de la armoniosa animación musical, la apertura del Foro estuvo a cargo del presbítero Pablo Corbillón, delegado del arzobispo para la vicaría de educación: “Necesitamos compartir mucho y escuchar mucho. Que tengamos un buen día de trabajo”, anheló.
Por su parte, el cardenal Poli compartió una reflexión sobre el Evangelio (Primera carta de san Juan) y, posteriormente, entregó junto con los presbíteros Jorge Gastón Lorenzo y Pablo Corbillón, el Documento Preliminar del Sínodo Arquidiocesano a los rectores de colegios secundarios presentes en el gimnasio del colegio Manuel Belgrano. También se rezó la Oración del Sínodo y el purpurado impartió una bendición a los presentes.
En su reflexión, el cardenal consideró que “la educación que la Iglesia quiere dar a los niños y jóvenes no puede darse sin amor”. Refiriéndose a la reciente carta del papa Francisco “Vive Cristo”, fruto del Sínodo sobre los Jóvenes del año pasado, “en un momento dado nos dice que todo cristiano y toda cristiana tienen que saber algunas verdades de nuestra fe: Dios nos ama, Cristo nos salva, Él está vivo”. En ese sentido, expresó: “Yo me voy a referir a la primera verdad iluminados por este texto de san Juan, que ha definido a Dios por la vía del amor. Dios es amor, nos dice san Juan. Y el que ama ha visto a Dios. Y Dios permanece en el que ama. Estas verdades tienen que prender en el corazón de cada uno de los docentes”, animó.
“No se me ocurre que pueda haber docencia sin amor”, consideró el arzobispo, y añadió: “Si el cristiano a lo que hace le agrega el amor siempre da frutos”.
“Muchos jóvenes y no tan jóvenes tatúan su cuerpo. Es cultura de nuestro tiempo. Dios, para no olvidarse de nosotros, se tatuó nuestro nombre para tenernos presentes. Eso lo dice el profeta Isaías: ‘Te llevo tatuado en la palma de mis manos’. Dios inventó el tatuaje”, señaló. “Desde antes que existiéramos éramos un proyecto del amor de Dios”, continuó.
“Queridos amigos y amigas docentes: ¿puede educarse sin amor, sin dar a conocer este infinito amor de Padre para todos? Me animo a decir que es el centro de la educación católica”, planteó. “Que en esta Jornada puedan convertirse y convertirnos todos y ser testigos del amor de Dios a través de la Educación”, deseó.
La conferencia central estuvo a cargo de Mariano Narodowski, y llevó el título “¿Por qué es difícil ser docente? Autoridad, conocimiento y escuela en un mundo sin adultos”. Entre los temas principales, destacó que “estamos atravesando tiempos sorprendentes”, en los que “hay un desacople entre niñez, juventud y adultez”.
“Antes los jóvenes se ‘adultizaban’”, reconoció. “Cada vez bajamos más la edad como aptitud para generar presencia de jóvenes en la vida pública”, advirtió.
Por otra parte, con respecto a la identidad de género, “hay chicos de entre 9 y 11 años que quieren cambiar de sexo y lo hacen, pero tienen que obedecer normas escolares. El desacople es brutal”, lamentó. “En la discusión sobre el aborto, hubo una legisladora que expresó que cambió su voto porque la había convencido su nieta de 12 años. La acción adulta se legitima por la opinión de un niño. Queda expuesto el desajuste social”, continuó.
“La escuela es una tecnología muy potente de siglo XVII que funciona con combustible adulto y propone una relación asimétrica con los alumnos”, expuso, y detalló: “Asimetría es autoridad. En la Argentina esto está asociado a ‘facho’, ‘dictadura’. Asimetría no es necesariamente dominio”, explicó.
“El poder pedagógico busca la emancipación del otro, que se autogobierne, eso alegra al docente. Se constituye como un mecanismo paradojal”, afirmó. El problema, señaló, es que “la escuela funciona como cultura posfigurativa con desacoples versus nuestra cultura prefigurativa en la que los adultos tienen que legitimarse permanentemente.”
“El desafío es seguir construyendo asimetría. Esto es un fenómeno mundial. Formar alumnos en la lógica que todos somos ‘un otro’”, consideró.
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Por su parte, el licenciado Juan Uribe disertó sobre “El liderazgo en tiempos de crisis”. Entre las principales ideas de su intervención, señaló que “hay que encontrar el propósito” y “saber liderar la tensión conflictiva”.
“Para liderar es fundamental que nos conozcamos como equipo. La inteligencia emocional es clave”, consideró. “Un buen líder baja el umbral de cambio y levanta el límite de tolerancia ante el conflicto; genera una tensión productiva, un equilibrio”, añadió. “Escucharse en el equipo es fundamental”, reconoció. En ese sentido, animó a “facilitar entornos de diálogos generativos que salgan de los debates de trincheras”.
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Los casi mil docentes inscriptos en el Foro participaron divididos en grupos en los más de 10 espacios de trabajo simultáneos que invitaron a reflexionar sobre variadas temáticas atinentes a la realidad escolar en el nivel secundario.
Las autoridades de la Vicaría Pastoral de Educación que organizaron esta edición del Foro junto con el presbítero Corbillón fueron Federico Merlini, Susana Labate, Alejandro Ceresa, José Luis González, Guillermo Vidal Soler y Rubén Ceraci, entre otros.
El primer Foro de Educación fue impulsado por el cardenal Jorge Mario Bergoglio, hoy papa Francisco, y se realizó en el año 2000.
La Vicaría Pastoral de Educación es el órgano de la arquidiócesis de Buenos Aires que procura un servicio educativo inculturado y evangelizador en las distintas comunidades educativas. Promueve el crecimiento integral de niños y jóvenes, tanto en sus capacidades intelectuales como en su madurez emocional y en el compromiso solidario de sus miembros, siguiendo la guía del Evangelio.+
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