De la Argentina están presentes ministro de Economía, Martín Guzmán, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz.
También participa la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, además del Premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz, quien estará a cargo de una ponencia sobre la transformación económica global, el poder, la gente y los valores.
También disertará sobre estabilidad social el economista Jeffrey Sachs, y estarán Rob Johnson, presidente del Institute for New Economic Thinking; el economista canadiense Rohinton Medhora, presidente del Center for International Governance Innovation y la filósofa española, Adela Cortina Orta, catedrática de Ética en la Universidad de Valencia.
El enfoque del seminario está en línea con la convocatoria que lanzó en mayo de 2019 el papa Francisco a jóvenes economistas del mundo a tres días de seminarios con economistas del más alto nivel mundial y jornadas de trabajo para pensar un modelo económico distinto, a fines de marzo de este año en Asís.
“Necesitamos un pacto global para cambiar las reglas del juego económico internacional. Es necesario dejar de pensar en corregir las desigualdades interviniendo desde abajo y no desde arriba”, manifestó a VaticanNews el economista Stefano Zamagni, presidente de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales.
“Las intervenciones posteriores, es decir, de tipo más o menos asistencialista, podrían haber estado bien hasta un pasado reciente en que las desigualdades estaban bajo control. La novedad de los últimos treinta años es que son las reglas, es decir, la estructura de las relaciones económicas, las que generan desigualdades independientemente de la voluntad de las personas. Hacer que esto se entienda sería un gran logro”, señaló Zamagni y destacó: “Mucha gente piensa que los que están mal, los que están en el fondo de la escala social, no tienen suficientes habilidades, en parte esto es cierto pero ya no es así. Hoy en día, las desigualdades son provocadas por el modo en el cual funcionan las finanzas especulativas internacionales”.
Para Stefano Zamagni, “la desigualdad siembra odio, siembra la voluntad de destrucción del otro y de aquí la violencia, de ahí las guerras no declaradas que luego alimentan corrientes de pensamiento ideológico que tienen otros propósitos. Si pensamos en los fenómenos terroristas, es evidente que la mano de obra de los que operan estos fenómenos proviene precisamente de los marginados, es decir, de los que sufren desigualdades. Está claro que si queremos restablecer la seguridad, como todo el mundo dice que quiere, lo primero es reducir las desigualdades”, afirmó.
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