Papa: Pasar de una observancia formal de la Ley de Dios a vivirla en nuestro corazón

Papa: Pasar de una observancia formal de la Ley de Dios a vivirla en nuestro corazón

Ciudad del Vaticano (AICA): El “Sermón de la Montaña” y del cumplimiento de la Ley, fue el centro de la reflexión del papa Francisco de este domingo 16 de febrero, en su alocución previa al rezo del Ángelus junto con los peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro. Jesús quiere ayudar a sus oyentes a tener un acercamiento justo con las prescripciones de los Mandamientos dados a Moisés, exhortándolos a estar disponibles para Dios que nos educa a la verdadera libertad y responsabilidad a través de la Ley.
El “Sermón de la Montaña” y del cumplimiento de la Ley, fue el centro de la reflexión del papa Francisco de este domingo 16 de febrero, en su alocución previa al rezo del Ángelus junto con los peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro. Jesús quiere ayudar a sus oyentes a tener un acercamiento justo con las prescripciones de los Mandamientos dados a Moisés, exhortándolos a estar disponibles para Dios que nos educa a la verdadera libertad y responsabilidad a través de la Ley.

El “Sermón de la Montaña” y del cumplimiento de la Ley, fue el centro de la reflexión del papa Francisco de este domingo 16 de febrero, en su alocución previa al rezo del Ángelus junto con los peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro.

“El discurso de Jesús -explicó- está estructurado en cuatro antítesis, expresadas con la fórmula «Han entendido que se dijo... pero yo les digo». Estas antítesis se refieren a otras tantas situaciones de la vida cotidiana: el homicidio, el adulterio, el divorcio, los juramentos”.

Jesús -continuó- no suprime las prescripciones que conciernen a estos problemas, sino que explica su significado más profundo e indica el espíritu en el cual deben ser observadas. Nos anima a pasar de una observancia formal de la Ley a una observancia sustancial, aceptando la Ley en nuestro corazón, que es el centro de las intenciones, decisiones, palabras y gestos de cada uno de nosotros. Desde el corazón van las buenas y las malas acciones”.

“Aceptando la Ley de Dios en el corazón se comprende que, cuando no se ama al prójimo, se mata a sí mismo y a los demás en cierta medida, porque el odio, la rivalidad y la división matan la caridad fraternal que es la base de las relaciones interpersonales. Aceptando la Ley de Dios en tu corazón entiendes que los deseos deben ser guiados, porque no todo lo que deseas puede ser tenido, y no es bueno ceder a sentimientos egoístas y posesivos. Cuando se acepta la Ley de Dios en el corazón, se comprende que hay que abandonar un estilo de vida hecho de promesas rotas, así como pasar de la prohibición del perjurio a la decisión de no jurar en absoluto, asumiendo la actitud de plena sinceridad con todos”.

“Pero Jesús es consciente de que no es fácil vivir los mandamientos... Por eso nos ofrece la ayuda de su amor: vino al mundo no sólo para cumplir la Ley, sino también para darnos su gracia, para que podamos hacer la voluntad de Dios, amándolo a Él y a nuestros hermanos. Todo, todo lo que podemos hacer con la gracia de Dios. En efecto, la santidad no es otra cosa que guardar esta gracia”, concluyó. +

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