Mons. Zanchetta llamó a poner un límite a todas las miserias que destruyen la sociedad

Mons. Zanchetta llamó a poner un límite a todas las miserias que destruyen la sociedad




San Ramón de la Nueva Orán (Salta) (AICA): El obispo de Orán, monseñor Gustavo Oscar Zanchetta, advirtió que “sobradas muestras de desborde social están clamando hoy a nuestra conciencia como nación porque estamos empezando a enfrentarnos unos contra otros, a pretender hacer justicia por mano propia, y a violar la ley para tener que defendernos” e hizo un llamamiento a toda la ciudadanía para “hacernos cargo de esta transformación tan necesaria y que va más allá de banderías políticas o diferencias ideológicas. Tenemos que poner un límite a todas las miserias que nos destruyen como sociedad ya que eso es una injusticia”. “No nos merecemos vivir así, no queremos vivir así”, sostuvo al disertar en la apertura del curso sobre “Justicia y sociedad”, organizado por la Escuela de la Magistratura del Poder Judicial de la provincia de Salta.

El obispo de Orán, monseñor Gustavo Oscar Zanchetta, disertó en la apertura del curso sobre “Justicia y sociedad”, organizado por la Escuela de la Magistratura del Poder Judicial de la provincia de Salta.

“Como vemos, el desafío sigue vigente y nuestra reciente historia como nación - tan cargada de enfrentamientos estériles y responsabilidades compartidas en forma despareja, ya que son siempre quienes menos tienen y menos pueden quienes pagan el peso mayor de las decisiones que se toman en los más altos niveles de la sociedad - nos está mostrando a todas luces que si no cambiamos algunos paradigmas que tenemos por absolutos nos iremos destruyendo como nación”, advirtió.


Al hablar en la Casa de la Cultura, de San Ramón de la Nueva Orán, el prelado consideró que “nuestra difícil convivencia como cuerpo social es expresión de problemas más profundos que no pueden explicarse con definiciones ambiguas, ni con respuestas prefabricadas que se reciclan en el discurso político que tan cansados nos tiene a los argentinos” y aseguró que “nuestro pueblo reclama respuestas sensatas y transformaciones profundas para afrontar la problemática social”.


“Por esto, necesitamos construir cimientos sólidos en una sociedad que se autodestruye por la ausencia de valores que perduren, y que seamos justos a la hora de repartir el peso de esta construcción. Porque no es posible que los pobres, débiles y sufrientes paguen siempre el costo más alto de las transformaciones propuestas desde el mundo de la política, y en particular de las decisiones de los gobiernos de turno. Todo ciudadano tiene derecho a vivir en paz y que se reconozcan sus derechos fundamentales, los cuales son violados cuando institucionalizamos la cultura de la muerte, la exclusión social, la pobreza y la ausencia de justicia en los ámbitos de nuestra convivencia”, sostuvo.


Monseñor Zanchetta insistió en afirmar que “sobradas muestras de desborde social están clamando hoy a nuestra conciencia como nación porque estamos empezando a enfrentarnos unos contra otros, a pretender hacer justicia por mano propia, y a violar la ley para tener que defendernos”.


El obispo fundamentó sus disertación en un documento del Episcopado argentino y en la doctrina social expuesta por el beato Juan Pablo II y también en la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” del papa Francisco.


Monseñor Zanchetta hizo un llamamiento a toda la ciudadanía para “hacernos cargo de esta transformación tan necesaria y que va más allá de banderías políticas o diferencias ideológicas. Tenemos que poner un límite a todas las miserias que nos destruyen como sociedad ya que eso es una injusticia. No nos merecemos vivir así, no queremos vivir así”.


“A quienes tienen una responsabilidad social los invito a que juntos nos involucremos en la lucha contra una cultura de muerte que esta aniquilando familias enteras. Particularmente llamo la atención sobre la instalación de las mafias que promueven el narcotráfico en nuestra zona, y que a la vista de todos lucran con el sagrado derecho a la vida y promueven la inseguridad y la violencia. No dejemos que maten a nuestros hijos. No hipotequemos el futuro de la patria. Hagámonos cargo de nuestra responsabilidad ineludible de comprometernos con la vida para honrarla desde su inicio en la concepción, hasta el final según la voluntad de Dios. Porque no somos los dueños de nadie, y porque queremos que el ejercicio de la justicia promueva una nueva sociedad, hoy estamos aquí para ponerle el hombro al país como simples servidores”, concluyó.+


Texto completo de la exposición



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