Formosa (AICA): El obispo de Formosa, monseñor Vicente Conejero Gallego, alentó hoy a “intensificar tres elementos o realidades esenciales de la vida cristiana” como son la conversión, la oración y el testimonio. “Si queremos fortalecer nuestra comunión, signo de credibilidad en la acción evangelizadora, necesitamos escucharnos unos a otros, y complementarnos en nuestra captación parcial de la realidad y del Evangelio”, subrayó citando al papa Francisco. “Entonces, como Iglesia que peregrina en Formosa, manos a la obra en la común misión evangelizadora. Siempre: Unidos y alegres en el Señor”, convocó.
“La conversión, llamada constante y permanente al cambio, transformación en el modo de pensar, de sentir, de obrar…, personal y comunitaria. Este cambio de vida nueva implica: aprender y progresar en sencillez, humildad, alegría, transparencia, paciencia, siempre a ejemplo del corazón de Jesús, el Maestro”, recordó en su editorial del periódico diocesano Peregrinamos.
“La oración que es relación de amistad con Aquél que nos ha dado la vida y nos ama infinitamente. Oración que es diálogo filial con el Padre, a ejemplo de Jesús; confianza total y plena en Aquél que nos precede y acompaña en nuestra vida; que es, también, obediencia libre a los designios y voluntad divina, que es adoración gozosa ante la grandeza y la gloria de Dios”, agregó.
El prelado formoseño indicó, en tercer lugar, que el testimonio es “la tarea, con la gracia y la fuerza del Espíritu Santo, que nos habla de coherencia de vida, de coraje, de valentía, de audacia y de perseverancia, en el bien y la verdad, hasta el final, hasta dar la vida si fuera necesario”.
“Si queremos fortalecer nuestra comunión, signo de credibilidad en la acción evangelizadora, necesitamos escucharnos unos a otros, y complementarnos en nuestra captación parcial de la realidad y del Evangelio”, subrayó citando al papa Francisco.
Monseñor Conejero Gallego sostuvo que “ante los desafíos y retos, interiores y exteriores, debemos dejarnos llenar de la Alegría del Evangelio, experimentar este don del Espíritu Santo que, en definitiva, es el mismo Jesucristo, Evangelio del Padre Dios para los hombres. Y su alegría, nada ni nadie nos la podrán arrebatar jamás”.
“Entonces, como Iglesia que peregrina en Formosa, manos a la obra en la común misión evangelizadora. Siempre: Unidos y Alegres en el Señor. Con mi cariño y bendición”, concluyó.+
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