Washington (Estados Unidos) (AICA): El grupo de obispos católicos, -que el 1º de abril celebró una misa en la frontera entre los Estados Unidos y México por las almas de los inmigrantes muertos en el desierto-, viajará a fines de mayo al Capitolio para continuar la campaña de presión por la reforma migratoria. La visita fue programada para el 29 de mayo, dijo la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) en un comunicado publicado en su página de internet. El mensaje a la Cámara de Representantes será: ¨Este es el momento para actuar¨ en favor de una ley de reforma migratoria comprensiva. Todos los indocumentados deben ser sacados de las sombras y puestos en el nuevo sistema.¨
La visita fue programada para el 29 de mayo, dijo la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) en un comunicado publicado en su página de internet.
El mensaje a la Cámara de Representantes será: "Este es el momento para actuar" en favor de una ley de reforma migratoria comprensiva. Todos los indocumentados deben ser sacados de las sombras y puestos en el nuevo sistema."
"Nuestro viaje a la frontera nos abrió los ojos, aún más que antes, a las tragedias humanas generadas por el sistema migratorio actual", dijo monseñor Eusebio Elizondo, obispo auxiliar de Seattle y presidente del Comité sobre Migración de USCCB. "Es un paso natural el querer compartir con los legisladores en Washington nuestra experiencia y la solidaridad que sentimos con los residentes en ambos lados de la frontera", agregó.
El debate de la reforma migratoria se encuentra estancado en la Cámara de Representantes tras la aprobación en el Senado, el 27 de junio de 2013, del proyecto S. 744 que incluye un camino a la ciudadanía para millones de indocumentados que carecen de antecedentes criminales.
El liderazgo republicano de la Cámara advirtió que no debatiría el proyecto del Senado y que discutiría un plan propio y por partes, sin que ninguna de ellas garantice la ciudadanía.
Nueve meses más tarde, a fines de enero, el liderazgo republicano entregó una lista de principios de la reforma migratoria que incluía una vía de legalización similar a la aprobada por el Senado, pero una semana más tarde el presidente del Congreso, John Boehher (republicano de Ohio) echó marcha atrás y dijo que nunca había subestimado "lo difícil que será avanzar en este tema este año".
Agregó que uno de los grandes obstáculos para aprobar la reforma era "la falta de confianza" que generó en su bancada el presidente Barack Obama al pedir ejercer presión en mayo y junio para lograr una reforma antes del receso del congreso en agosto.
"La razón por la que lo digo es porque necesitamos hacerlo paso a paso, con sentido común, para que podamos dar la confianza al pueblo estadounidense de que lo estamos haciendo de la manera correcta", dijo Boehner en su acostumbrada rueda de prensa.
La medida requiere 218 votos (los demócratas tienen 201) y a la fecha solo 193 han firmado la medida, ninguno republicano.
Con este escenario, las preocupaciones aumentan y el plazo para la aprobación de una ley se acaba en mitad de un año electoral en que los estadounidenses renovarán, el primer martes de noviembre, la totalidad de la Cámara de Representantes.
"La única solución verdadera para este sistema migratorio inadecuado es que el Congreso actúe", dijo monseñor Elizondo. "Necesitamos un debate y un voto sobre este tema. La falta de acción equivale a apoyar el sistema actual, el cual el país está de acuerdo en que debe ser cambiado", agregó.
El grupo de obispos que viajará al Capitolio está integrado por el arzobispo de Miami, monseñor Thomas Wenski; el obispo auxiliar de Seattle monseñor Eusebio Elizondo; el obispo de Salt Lake City, monseñor John Wester; el obispo de Nueva México, monseñor Oscar Cantú de Las Cruces y el obispo de Arizona, monseñor Gerald Kicanas de Tucson.
Campaña de oración
Desde el pasado 31 de marzo la Iglesia Católica estadounidense lleva a cabo una campaña nacional de oración por la reforma migratoria.
"Cada día en nuestras parroquias, en programas de servicios sociales, hospitales y escuelas somos testigos de las consecuencias humanas de un sistema migratorio fallido. Las familias son separadas, trabajadores migrantes son explotados, y seres humanos mueren en el desierto. Sin un cambio positivo en nuestras leyes migratorias no podemos ayudar a nuestros hermanos y hermanas", dijo monseñor José Gómez, obispo de Los Angeles, California, la mayor arquidiócesis de los Estados Unidos.
"Si la meta de la reforma migratoria es abordar el tema de la inmigración irregular de manera humanitaria, entonces todos los indocumentados deben ser sacados de las sombras y puestos en el nuevo sistema," dijo el Obispo Jaime Soto, de Sacramento. "Dejar a un amplio grupo por fuera no resuelve el problema y en el futuro podría crear nuevos problemas," agregó.
Durante la homilía celebrada en la frontera sur, el cardenal Sean O'Malley, de la arquidiócesis de Boston, dijo que la reforma migratoria no era "sólo un problema político o económico, este es un problema moral".
Al menos 11 millones de indocumentados aguardan a que el Congreso apruebe una reforma migratoria que los libre del fantasma de la deportación de los Estados Unidos.+
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