Mons. Martorell: “Hay que aceptar al Jesús crucificado”
Puerto Iguazú (Misiones) (AICA): El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, explicó el sentido que tiene la cruz en la fe cristiana, con motivo de la solemnidad de la Exaltación de la Santa Cruz. El prelado explicó que detrás del horror, la Iglesia quiere revelar el amor de Dios a los hombres, a través de la muerte de su propio Hijo. También advirtió que el mundo contemporáneo rehúye del dolor y no reconoce que es necesario abandonar el pecado.
Monseñor Martorell explicó que la cruz “destruye el dolor del pecado de los hombres, de la injusticia que se hace carne en la humanidad y que no deja de separarnos y de traernos tantas veces la muerte”.
“Es el peso de la cruz, el dolor y la vergüenza de la misma la que separa y al mismo tiempo une a los hombres, convirtiéndose el Señor mismo en el cireneo que nos ayuda a llevar la cruz, alentándonos a morir al pecado y ganar la gloria que Él mismo nos dejó”, explicó el obispo.
Monseñor Martorell aseguró que en el mundo contemporáneo el hombre “gusta más de gozar de la gloria del Resucitado y su consuelo”, mientras que “pocos quieren la tribulación de la cruz, las lágrimas, el dolor, la enfermedad, las guerras, la muerte misma, la soledad, la pobreza, la exclusión”, lo que lleva a “amar a Jesús cuando no hay adversidades”.
“Decimos «¡viva Cristo!» Pero no crucificado. Y vivimos la gran paradoja: queremos contemplar la gloria y con nuestras vidas vamos sembrando tantas cruces a lo largo de ella. ¿No nos damos cuenta que nuestros pecados, aun los más ocultos, siembran la cruz de Cristo en el mundo? Cuelgan a Cristo nuevamente de la Cruz”, expresó el obispo.
“El pecado social –agregó- no es más que la consecuencia de nuestros pecados personales ¿Y cómo dejar de pecar? La gracia la tenemos, fuerza y amor de Cristo frente a la debilidad y ayuda infinita para salir del pecado y abrazarnos a Cristo Resucitado”.
“Asumamos la Cruz de Cristo, y en ella venceremos el pecado y los males del mundo y seremos capaces de construir un mundo mejor. No permitamos que en nombre de cualquier democracia se retire la cruz material que nos recuerda el dolor que redime y que sin ella nada podremos”, señaló el obispo.+
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