“La noticia de la santificación de Brochero -agregó- nos llena de alegría a todos los argentinos, y a nosotros nos comunica la alegría del Evangelio, porque constituye un llamado a todos los cristianos a vivir las exigencias del bautismo en la perfección del amor, tal como las vivió el Cura Brochero”.
“El hecho de que el primer santo argentino sea un sacerdote -dijo monseñor Malfa-, constituye un llamado a los pastores para que vivamos la alegría del ministerio sin límite de donación, siempre en salida al encuentro de todos con entrañas de misericordia en la comunión de la Iglesia”.
“Y también es un llamado a los jóvenes a quienes Dios está dando el don de la vocación a la vida sacerdotal a no tener miedo de entregar para siempre la propia vida al servicio del amor de Dios y al servicio de los hermanos, sobre todo de los más abandonados.
“A Brochero -señaló el obispo de Chascomús- le bastaron Cristo y su Evangelio para comprometerse con la realidad que lo rodeaba, para ser ciudadano del cielo sin ser fugitivo de la tierra, para trabajar por la salvación integral de su pueblo”.
“Que la intercesión del santo cura gaucho haga que en cada rincón de la Patria se encarnen las obras de misericordia”, concluyó el secretario general del episcopado.+
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