El pontífice cumplió de esta manera con su promesa de hacer, una vez al mes, un gesto distintos para testimoniar la misericordia de Dios durante el Año Santo.
Francisco acudió primero al hogar de ancianos acompañado por monseñor Rino Fisichella, encargado de la organización del Jubileo de la Misericordia.
La Santa Sede explicó que el Papa realizó "una visita privada a la casa de reposo Bruno Buozzi, en Torre Spaccata 157, donde son albergados 33 ancianos".
"Grande sorpresa y alegría hubo entre los huéspedes de la casa debido a que la visita no había sido anunciada", destacó y detalló que allí el pontífice se acercó a conversar con cada uno de los ancianos.
La Santa Sede reportó que, antes de retornar al Vaticano, el Papa "visitó también la Casa Iride, donde viven seis enfermos en estado vegetativo".
"La Casa Iride no está organizada como un hospital, sino como una casa familiar donde los enfermos pueden ser continuamente asistidos por sus familiares", agregó. Esta casa, también ubicada Torre Spaccata, es la primera estructura pública en Italia dedicada a cuidar a "personas en estado vegetativo persistente".
Por su parte, el sitio oficial del Jubileo de la Misericordia afirmó que estas visitas han hecho comprender "cuán importantes son las palabras del Papa Francisco contra ‘la cultura del descarte’ y el gran valor que las personas ancianas y los abuelos tienen en la Iglesia y la sociedad”.
"Este signo profundamente humano del Papa Francisco testimonia el gran valor de la vida humana y la dignidad con la cual debe ser siempre respetada", añadió.+
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