El purpurado consideró que la noticia de la beatificación de Mama Antula es como “un anticipo a la Pascua” y relativizó que hayan pasado más de dos siglos de su muerte para que la fundadora de la Santa Casa de Ejercicios sea declarada beata.
“Es el testimonio directo que tiene la Iglesia madre de que no importan los tiempos”, subrayó en la homilía.
“Pero como el tiempo es la paciencia de Dios y la Iglesia tiene su ritmo, vuelve sobre sus hijos, discierne sobre la santidad de sus bautizados y eleva a los altares a aquellos que nos ayudan a caminar hacia la Pascua, porque estos son los santos y los beatos de Dios”, subrayó.
El primado destacó como un signo fuerte el hecho de que en esta Cuaresma “una vecina nuestra de hace dos siglos ya esté en la comunión de los beatos. Este es un motivo de alegría profunda, alegría cristiana que nos llena el alma, y por eso le damos gracias a Dios”.
“El tiempo que se tardó para darse cuenta de todas las cosas que hizo Mama Antula en su vida fue para bien, fue por Jesús, por la gloria de Dios, por la salvación de las almas”, aseguró y agregó: “Su peregrinaje fue un peregrinaje misericordioso”.
“La Iglesia se toma su tiempo y finalmente somos dichosos los que pertenecemos a esta generación, porque es a nosotros que se nos da la alegría de la luz, ustedes tienen ahora una beata que nos ayuda a caminar hacia la pascua, demos gracias a Dios”, pidió el cardenal Poli.
Palabras de monseñor Giobando
Luego de la misa, se le ofrecieron unas flores a la imagen de Mama Antula que hay en el templo y el cardenal Poli leyó una antigua carta de la futura beata, mientras que el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Ernesto Giobando SJ, dijo unas palabras.
“Tenemos en Mama Antula un ejemplo de mujer de hace 200 años. Parece algo del pasado, de la historia, pero basta ver su vida, sus palabras, sus escritos para darnos cuenta de lo grandiosa que fue”, destacó.
“Lo importante que fue para nuestro país esa mujer que buscaba a miembros de la Junta de Mayo para que hicieran los ejercicios, que invitaba a las señoras criollas a que, cuando hacían los ejercicios, ellas mismas les sirvieran las mesas a sus sirvientas como un ejemplo de equidad, de fortaleza y un ejemplo muy actual”, precisó.
Monseñor Giobando dijo que al leer una carta de Mama Antula se acordó de “unas reflexiones y escritos” sobre el Cura Brochero, en la que hablaba de la casa de ejercicios de la Villa del Rosario, que son muy parecidas.
“Los ejercicios son una gracia que nos ha dado Dios a través de San Ignacio. Ojalá que muchos de los que están aquí se animen a hacer los santos ejercicios espirituales y experimentar así el gran amor de Dios y el llamado que nos hace a completar su obra comprometiéndonos en el servicio de nuestros hermanos”, sugirió.
“Que el ejemplo de Mama Antula y el Cura Brochero, un año tan especial de la misericordia para tener a nuestro primer santo criollo y a nuestra primera beata santiagueña, nos ayude a los argentinos a seguirlos, con todo el amor que ellos nos inspiran”, concluyó.
Las reliquias de Mama Antula quedarán en exposición en la iglesia de la piedad por tres días.+
This entry passed through the Full-Text RSS service - if this is your content and you're reading it on someone else's site, please read the FAQ at fivefilters.org/content-only/faq.php#publishers.
Publicar un comentario