La actividad tuvo momentos de oración, recreación y trabajo buscando acrecentar y fortalecer lazos dentro de la Iglesia y como familia diocesana, compartir la vida, las experiencias y el camino de fe de cada uno.
Dicha experiencia fue posible gracias a la generosidad de muchas personas que colaboran con el sostenimiento de las vocaciones tanto desde su aporte material como desde su oración, por lo que los seminaristas expresaron su agradecimiento y renovaron el compromiso de seguir rezando por todos ellos.
“Que todos estos dones recibidos, que se constituyen en tiempo de gracia, nos ayuden a seguir intensificando nuestra relación con Cristo de manera que logremos una continua configuración con su Corazón de Buen Pastor”, expresaron los seminaristas.+
Publicar un comentario