Miles de fieles se acercaron en los últimos días del Mes Brocheriano para orar frente a los restos del santo Cura Brochero canonizado el 16 de octubre de 2016, que se encuentran en la iglesia Nuestra Señora del Tránsito, en Villa Cura Brochero.
Esta mañana, el nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig, presidió una Eucaristía en el predio de La Providencia, concelebrada por el obispo de Cruz del Eje, monseñor Santiago Olivera; el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Ñáñez; el obispo de Merlo-Moreno, monseñor Fernando Maletti, el arzobispo emérito de Paraná, Estanislao Esteban Karlic, entre otros.
También habrá misas en el predio a las 19 y a las 21.
Vísperas del aniversario de la muerte del Santo Cura Brochero
El miércoles 25 de enero, vísperas de la celebración del aniversario de la muerte del Santo Cura Brochero, el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, celebró una misa que fue precedida por una procesión hacia la casa donde falleció el santo, acompañada por una reflexión sobre el 103º aniversario de su Pascua.
En su homilía, con motivo de la fiesta de la conversión del apóstol San Pablo que se celebró ese día, el prelado destacó las semejanzas entre San José Gabriel Brochero y el apóstol.
“Ambos ponen por obra el mandato de Jesús: ‘Vayan’. Pablo va por todo el imperio y San José Gabriel va por todas las sierras”, afirmó. Y recordó las palabras del Cura Brochero: “Yo me felicitaría si Dios me saca de este planeta sentado confesando y predicando el Evangelio”.
El arzobispo recordó que San José Gabriel atendió con predilección a los enfermos por lo que fue “conociendo las necesidades de esas personas humildes y se comprometió con ellas”. “¿Que nos dice la vida del apóstol Pablo y la vida de San José Brochero?”, interrogó y aseguró: “Parece en primer lugar que es una invitación a que nos encontremos con Jesús”.
“Ser cristiano no es sostener un conjunto de verdades, es ante todo un encuentro con Jesús”, aseveró. Y añadió: “Es tener diálogo con él y proponerse vivir conforme a lo que indica el encuentro con el Señor. Y también nuestro modo de ser en nuestra vida cotidiana, en nuestro hogar, en nuestro trabajo, pasar haciendo el bien”.
“La vida cristiana no es un secreto reservado al mundo”, afirmó Mons. Ñáñez, quién destacó que lo importante es Jesús, “hablar con Él, encontrarme con Él, abrir mi corazón, como Pablo. Preguntarle: ‘¿Quién eres Señor Jesús? ¿Qué tengo que hacer?’”. “¡Qué bueno tener ese trato!”, exclamó.
Asimismo, invitó a contemplar las figuras del apóstol Pablo y del Santo Cura Brochero “y darnos cuenta que tenemos un tesoro que compartir, que tenemos que llevarlo con los demás”. “No se trata de hacer cosas extraordinarias” sino de simplemente dar testimonio de Jesús, “también con palabras”, agregó.+
Publicar un comentario