Como cada año, los ciudadanos se convocaron –en lo que es considerado “el mayor encuentro a favor de la vida del mundo”- para manifestar su apoyo a la defensa del derecho a la vida y su rechazo al aborto, permitido por la Corte Suprema a nivel nacional desde 1973.
Los manifestantes marcharon por las calles del centro de la ciudad de Washington hasta las escalinatas del palacio de la Corte Suprema de Justicia. Estuvo a cargo de la oración inicial del encuentro el cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York y presidente del Comité para Actividades Provida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (siglas en inglés: Usccb), quien presidió una misa en la noche previa a la marcha.
Uno de los primeros discursos fue el de la consejera del presidente Donald Trump, Kellyanne Conway, quien recordó que la declaración de independencia norteamericana “declara el derecho a la vida y la ciencia y la razón lo confirman”. “Cada día es una lucha por la vida y hoy es una celebración de la vida”, afirmó.
Luego, el vicepresidente Mike Pence, quien participó como en otros años junto a su familia, sostuvo que “la vida está ganando en Estados Unidos”. Pence alegó estar en un “momento histórico en la causa de la
vida”, y animó a asumirlo “con respeto y compasión por todos los estadounidenses”.
“Que este movimiento sea conocido por la compasión no por la confrontación”, pidió y resaltó: “Continuaremos ganando los corazones y mentes de la nueva generación”.
“Para curar nuestra tierra y restaurar la cultura de la vida, debemos seguir siendo un movimiento que los abraza a todos, se preocupa por todos y muestra respeto por la dignidad y valor de toda persona”, alentó.
El funcionario aseguró que el gobierno estadounidense no descansará “hasta restaurar la cultura de la vida
en Estados Unidos para nosotros y la posteridad”.
Asimismo, la congresista Mia Love señaló que "cada vez que el aborto mata a un niño, todos sufrimos, perdemos nuestro futuro”, y agregó: “Las mujeres que han sobrevivido a Roe vs. Wade, ellas son nuestro futuro y lo que está por venir”.
El congresista Chris Smith señaló que “el lugar más peligroso hoy en Estados Unidos para una niña o un niño no nacido es una instalación de Planned Parenthood”, institución que destruye un niño no nacido cada dos minutos y ha matado más de 7 millones de bebés desde 1973”, una cifra más de 10 veces mayor que “toda la población de Washington D.C.”, indicó.
Por su parte, la senadora Joni Ernst anunció que la semana presentará un proyecto de ley “para redirigir el financiamiento federal de Planned Parenthood a verdaderos centros de cuidado de la salud de mujeres”.+
Mensaje del papa Francisco a los manifestantes
El papa Francisco saludó a los manifestantes en una carta firmada por el Secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, y dada a conocer por el nuncio apostólico en Estados Unidos, monseñor Christoph Pierre.
El Papa envió “un cálido saludo” y aseguró “su cercanía en la oración a los miles de jóvenes de todo Estados Unidos reunidos en la arquidiócesis de Washington y en la diócesis de Arlington para la anual Marcha por la Vida”. Además, manifestó estar “profundamente agradecido por el impresionante testimonio de la sacralidad de toda vida humana”.
La carta recuerda también lo que señala el papa Francisco en la exhortación apostólica Amoris Laetitia cuando afirma que es “tan grande el valor de una vida humana, y es tan inalienable el derecho a la vida del niño inocente que crece en el seno de su madre, que de ningún modo se puede plantear como un derecho sobre el propio cuerpo la posibilidad de tomar decisiones con respecto a esa vida”.
El Papa -indicó el texto- “confía en que este encuentro, en el que muchos ciudadanos estadounidenses se manifiestan en nombre de los más indefensos de nuestros hermanos y hermanas, contribuirá a una movilización de las conciencias en defensa del derecho a la vida y a medidas efectivas para asegurar su adecuada protección legal”.
“A todos los presentes el Santo Padre cordialmente imparte su bendición apostólica como un ruego de fortaleza y paz en el Señor”, concluyó la carta. +
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