Mons. Tscherrig pidió imitar el ejemplo del Santo Cura Brochero
La celebración fue concelebrada por el cardenal Estanislao Esteban Karlic, arzobispo emérito de Paraná, monseñor Carlos Ñáñez, arzobispo de Córdoba, y monseñor Carlos María Franzini, arobispo de Mendoza, y los obispos: monseñor Santiago Olivera (Cruz del Eje), monseñor Fernando Maletti (Merlo-Moreno), monseñor Marcelo Cuenca (Alto Valle del Río Negro), monseñor Gustavo Zurbriggen (Deán Funes), monseñor Ricardo Seirutti (auxiliar de Córdoba), monseñor Roberto Rodríguez (emérito de La Rioja) y monseñor Gustavo Alejandro Montini (Santo Tomé).
En su homilía, el nuncio apostólico manifestó su alegría por celebrar “al primer santo nacido y criado en la Argentina”, intercesor nuestro y patrono del clero argentino. “Agradecemos -manifestó monseñor Tscherrig- a Jesucristo por el don de este nuevo santo”. “Él nos invita hoy a renovar nuestro compromiso de discípulos misioneros de Cristo”, afirmó.
El enviado del Papa pidió imitar el ejemplo del Santo Cura Brochero “y no avergonzarse del testimonio de nuestro Señor”. “Muchos cristianos tienen vergüenza de ser discípulos de Jesús. Se esconden en la muchedumbre o simplemente pretenden que la misión es algo para el clero, los consagrados o los catequistas. Tienen miedo de ser reconocidos como católicos en el mundo cada vez más secularizado e indiferente a los ideales cristianos”, lamentó.
“La vida del Cura Brochero es por tanto un libro abierto donde podemos encontrar la verdadera naturaleza de nuestro bautismo y de la vocación cristiana”, aseguró y añadió: “Brochero fue ante todo un cristiano, un hombre de profunda fe y lleno de fervor por el Reino de Dios”.
“Con el testimonio de su vida se hizo pobre con los pobres, misericordioso con los pecadores, compasivo con los enfermos y cercano a las familias sin distinción de clases”, declaró.
El prelado sostuvo que el Cura Brochero, “imagen del rostro misericordioso de Cristo Señor”, “sabía muy bien que la fuente viva de su ministerio era la oración y la meditación”, y destacó la profunda veneración del santo por la Purísima y su adoración a la Eucaristía.
“No tener vergüenza de ser católicos”
Luego, el nuncio apostólico reiteró su llamado a “no tener miedo de ser cristianos, no tener vergüenza de ser católicos”, y aseveró que “debemos profesar nuestra fe e identidad con entusiasmo y alegría”.
“Como el papa Francisco y el Cura Brochero debemos anunciar un Dios misericordioso y lleno de amor por cada ser humano, en particular por los más necesitados, abandonados, despreciados de la sociedad, los pecadores que somos todos nosotros. Seamos testigos de amor y perdón en nuestros hogares, en los lugares de trabajo, en las escuelas, en la sociedad contemporánea”, invitó.
“Anunciar a Cristo y dar testimonio de Él con nuestra vida no es una opción, sino la responsabilidad de cada bautizado”, sostuvo el enviado papal.
“Oremos para que el santo cura, por intercesión de la Purísima, continúe rezando por nosotros, el Papa y la Iglesia… Que pida al Señor la gracia de renovar nuestra fe, nuestra fidelidad a Cristo y a la Iglesia, y que nos ayude a ser discípulos misioneros en la Argentina”, concluyó.+
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