Mario Viloria, uno de los organizadores del Rosario, relató los orígenes de esta piadosa iniciativa: “Nos comenzamos a reunir con un grupo de hermanos en la parroquia San Pedro. Se unieron después la parroquia de San Alejandro, a través de su párroco Daniel Kerber, así como muchos otros hermanos. Y empezó a crecer la idea. En la Aduana de Oribe nos juntábamos con unos amigos para practicar arquería, y se me ocurrió que era el lugar perfecto. Creo que ese era el lugar que la Virgen y Jesús tenían previsto para esto”, explicó Viloria.
El Rosario siempre contó con el apoyo y la presencia de numerosos sacerdotes, incluso el propio arzobispo de Montevideo, cardenal Daniel Sturla, que se hace presente. Anteriormente, señaló Viloria, hizo lo propio monseñor Nicolás Cotugno SDB, arzobispo emérito de Montevideo.
El Rosario de la Familia y la entusiasta acogida que fue adquiriendo sirvió de inspiración para que surgieran otras iniciativas similares: “Del Rosario de la Familia, salió el Rosario Peregrino a Durazno al que fueron 8 mil personas, además del Rosario de la Aurora que se realiza en el tiempo de la Navidad y que se celebra también en la Rambla de Oriente”, indicó Mario Viloria.
“Cambien su vida y su corazón. Busquen a la Virgen María para que los lleve a su Hijo Jesús. La Madre es quien reúne a sus hijos. María siempre está al lado nuestro”, exhortan los organizadores.+
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