La misión, que comenzó el miércoles 25 de enero y culminó el sábado 28, es la quinta que realizan en la ciudad de Tres Arroyos, de la que participan nos solamente jóvenes de Coronel Pringles, sino también de Bahía Blanca, Coronel Dorrego, Carmen de Patagones, Indio Rico, Gonzáles Cháves y Tres Arroyos, acompañados por un grupo de adultos pringlenses.
Pedro Massaro, Coordinador del Grupo Karol, refirió que “el lugar de la misión ha sido nuevo para nosotros, en barrios de una ciudad grande y ha tenido todos esos condimentos de aprender muchas cosas”.
El coordinador destacó además que “el presbítero Guillermo Fanelli y el presbítero Pedro Fournau estuvieron mucho tiempo al lado nuestro que nos ayudaron a mirar y pensar las misiones”. La primera misión en Tres Arroyos tuvo lugar en octubre de 2014.
Massaro detalló que una de las particularidades de esta misión fue “ese condimento del trabajo compartido”, ya que el grupo formó comunidad también en Tres Arroyos, con muchos chicos que se unieron a la labor misionera de los pringlenses, “fruto que se fue dando a lo largo de las misiones en esta ciudad.
“La misión culminó con un cierre de este tiempo de vida compartida, de encuentros, de aprender muchas cosas y también de dejar muchas inquietudes para el futuro, para pensar, para discernir, de ver cómo actuar de acá en adelante”, concluyó Pedro Massaro.
Las actividades comprendieron visitas a los hogares de los barrios Boca y Municipal, como también a hogares de ancianos y encuentros para niños y jóvenes en el CIC del barrio Boca, espacio donde el presbítero Fournau celebró la misa el día miércoles.
Sobre el cierre de la misión, el presbítero Guillermo Fanelli señaló: “Estamos coronando con mucha alegría esta quinta misión de Karol en Tres Arroyos, de un grupo que le brinda a los adolescentes una contención familiar, cristiana, sana y al mismo tiempo le pone objetivos e ideales altos como es servir a los más necesitados, visitar a las familias y también generar esta dimensión tan necesaria para toda la humanidad que es la fe en Dios, la fe en el amor, en el bien, en definitiva, la fe en el Señor Jesús”.
El sacerdote aseguró que “ha sido también una siembra constante que se dio a lo largo de estos casi tres años”, con frutos muy positivos porque “también nos ha brindado el bien de ir creciendo en conciencia de Iglesia particular, de diócesis, en nuestro caso de arquidiócesis de Bahía Blanca”.
El pastor destacó el papel del grupo Karol al reunir a jóvenes de varias ciudades, constituyendo un factor muy importante para acompañar a los jóvenes, no sólo de una parroquia, de una localidad, sino de toda la zona Este de la arquidiócesis de Bahía Blanca, y concluyó con el anhelo de “seguir en contacto con el grupo, con sus animadores, con su gente para seguir compartiendo la alegría de vivir a Jesús y de llevarlo a todos los lugares donde lo están esperando”. +
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