Bahía Blanca vivió el Encuentro Pastoral con entusiasmo misionero

Bahía Blanca (Buenos Aires) (AICA): Presidido por el arzobispo de Bahía Blanca, monseñor Guillermo Garlatti y el arzobispo coadjutor, monseñor Carlos Azpiroz Costa OP, se llevó a cabo por noveno año consecutivo el Encuentro Pastoral Arquidiocesano (EPA) que tuvo lugar el 1 de abril en el colegio Don Bosco y contó con la participación de las diferentes comunidades de la arquidiócesis, sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, consagrados y laicos.
La arquidiócesis de Bahía Blanca llevó a cabo por noveno año consecutivo el Encuentro Pastoral Arquidiocesano. Convocado por el arzobispo, monseñor Guillermo Garlatti y el arzobispo coadjutor, monseñor Carlos Azpiroz Costa OP, se llevó a cabo el sábado pasado en las instalaciones del colegio Don Bosco.

Con el lema “¡No nos dejemos robar el entusiasmo misionero!”, el encuentro contó con la presencia masiva de las diferentes comunidades de la arquidiócesis. Participaron sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, consagrados y laicos. Basándose en el lema, monseñor Garlatti instó a “recuperar la fe, superar el desgano y a no dejarnos robar la esperanza”.

En una entrevista con el programa radial pringlense “Es por Cristo”, el arzobispo señaló tres puntos importantes para cumplir con el llamado de Francisco que se tomó como lema: “Ante todo, recuperar la vida de fe y crecer en la vida de fe que se sostiene en el amor a Jesús, en el ideal de Jesús, en imitarlo y llevarlo a los demás. Por otro lado, superar el desgano, no avergonzarnos del Evangelio y de ser cristianos, y para eso tenemos la presencia activa del Espíritu Santo que viene en ayuda de nuestras debilidades. Y el tercer punto es el poder que tenemos en nuestras manos: el Evangelio, que es el poder de Dios para todo aquel que cree; poder que nos sostiene, nos identifica, y como servidores e instrumentos de Dios nos impulsa para llevar el mensaje cristiano a los hermanos en la misión. Esto es lo que nos debe hacer sentir fuertes y no dejarnos robar la esperanza”, aseguró.

El arzobispo invitó a “tomar conciencia de que somos discípulos misioneros” a fin de “suscitar una transformación muy grande como la que hicieron esos 120 discípulos que recibieron el Espíritu Santo en Pentecostés, como lo relata el libro de los Hechos de los Apóstoles”, y advirtió que no podemos ser sólo discípulos, cristianos que sólo viven en la iglesia: “Tenemos que ser discípulos que salimos afuera”.

Recordando las palabras de Francisco, destacó que es preferible “una Iglesia que se equivoque afuera, que tenga dificultades y caídas, a una Iglesia enferma que queda encerrada en sí misma. Es preferible equivocarse saliendo y no quedarse encerrado dentro de uno mismo. El gran desafío que tenemos es comprometernos a un estado de misión permanente como lo señala el Documento de Aparecida”, concluyó monseñor Garlatti.

El encuentro tuvo momentos de reflexión en grupos divididos por áreas pastorales (Catequesis, Educación, Familia, Jóvenes, Misión, Enfermos y Sufrientes, Caridad y Promoción Humana, Cáritas, Pastoral Social, Penitenciaria, Adicciones, Migrantes), y finalizó con una misa presidida por el arzobispo. +

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