El viernes pasado, también el papa Francisco visitó el Monasterio Mater Ecclesiae donde vive el papa emérito desde su renuncia al pontificado. “Su vida es un conjunto de oración, estudio, visitas, música escuchada, la misa, realiza paseos, meditaciones, reposo y la preparación para el encuentro con el Señor. Veo que Benedicto vive muy serenamente esta decisión que ha tomado”, afirmó recientemente a Radio Vaticana su secretario personal y prefecto de la Casa Pontificia, monseñor Georg Gänswein.
El arzobispo alemán añadió a su vez que “una de las afirmaciones del papa Benedicto XVI, al final de su pontificado fue que no se habría retirado ‘a la vida privada’, o sea para hacer lo que le gustara, sino que ‘habría subido al monte’, una imagen que invoca a Moisés, o sea que se habría retirado para rezar de acuerdo a sus fuerzas y capacidad, por su sucesor, por la Iglesia y por el mundo”.
“Lo sabe todo de la Teología, pero además, sabe explicarla”, expresó hace unos días el presidente del episcopado español, cardenal Ricardo Blázquez, “posee el don de la palabra escrita y sus formulaciones son precisas, simplifican lo complejo, hacen accesible lo profundo, edifican espiritualmente, son brillantes y bellas”.
El padre Federico Lombardi, portavoz emérito de la Santa Sede, subrayó del papa emérito su “lucidez de mente y de memoria, de diálogo con las personas que encuentra y con sus visitadores”. Reconoció que “las fuerzas naturalmente son las de una persona de 90 años y por lo tanto existe la fragilidad consecuente”, pero “perfectamente en gcondiciones de realizar cada actividad de relaciones con lo demás, viviendo con discreción en la casa este tiempo de retiro, de vida reservada, de oración y de reflexión”.
Concluyó señalando la importancia de su presencia espiritual y deseó que su “mensaje de alegría y paz en la preparación del encuentro con Dios, sea recibido por la comunidad de la Iglesia como una riqueza”.
“Agradezco a Dios por haberme regalado una vida hermosa e intensa, aun con altibajos”, expresó el mismo Benedicto XVI ante los micrófonos de Radio Vaticana, redacción alemana, y agregó: Me siento muy feliz de tener una patria que el Creador hizo bella y el cielo azul de Roma que con sus nubes blancas, recuerda la bandera celeste y blanca de la Baviera”.+
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