El Episcopado llamó a escuchar “los gritos de auxilio” de las víctimas de la trata
En el texto con el título “La trata, daña gravemente a la humanidad”, los obispos recordaron que “los actores religiosos, políticos y sociales en su totalidad estamos llamados a compartir experiencias y conocimientos y a unir fuerzas en una acción sinérgica que involucre a los países de origen, tránsito y destino de las personas objeto de trata para garantizar resultados más incisivos y duraderos”.
“Pedimos al Dios de la Vida el coraje y la decisión de ser capaces de escuchar los gritos de auxilio de tantas hermanas y hermanos privados de su dignidad y de su libertad, y de acompañar, defender y solidarizarnos con ellos, descubriendo caminos hacia una solución pronta y duradera de este delito”, sostuvieron.
Texto del comunicado
La trata de personas es uno de los aspectos más oscuros de la historia contemporánea, un fenómeno que trágica y lamentablemente, aún persiste en la actualidad.
La trata humilla a millones de seres humanos en diferentes formas y situaciones, especialmente a los más vulnerables de la sociedad. Es una degradante violación de la dignidad y de los derechos humanos de hombres, mujeres, niños y niñas.
“La trata, daña gravemente a la humanidad en su conjunto, destrozando a la familia humana y al Cuerpo de Cristo… constituye una violación injustificable de la libertad y la dignidad de las víctimas, dimensiones constitutivas del ser humano deseado y creado por Dios, por lo que debe considerarse un crimen de lesa humanidad”… “si bien queda mucho por hacer, son dignas de admiración las numerosas iniciativas que se desarrollan para prevenir el tráfico, proteger a los sobrevivientes y perseguir a los culpables.” (Papa Francisco, 11 de abril de 2019).
Los actores religiosos, políticos y sociales en su totalidad estamos llamados a compartir experiencias y conocimientos y a unir fuerzas en una acción sinérgica que involucre a los países de origen, tránsito y destino de las personas objeto de trata para garantizar resultados más incisivos y duraderos.
Pedimos al Dios de la Vida el coraje y la decisión de ser capaces de escuchar los gritos de auxilio de tantas hermanas y hermanos privados de su dignidad y de su libertad, y de acompañar, defender y solidarizarnos con ellos, descubriendo caminos hacia una solución pronta y duradera de este delito.
Informes: comunicacion@cemi.org.ar y www.cemi.org.ar.+
Publicar un comentario