La diócesis de San Luis recordó la obra de Mons. Laise

La diócesis de San Luis recordó la obra de Mons. Laise

San Luis (AICA): El obispo de San Luis, monseñor Pedro Daniel Martínez Perea, presidió el martes 30 de julio en la catedral Inmaculada Concepción una misa de sufragio por el fallecimiento del obispo emérito de San Luis, monseñor Juan Rodolfo Laise. Concelebraron el vicario general, monseñor Fernando Spalla y el vicario episcopal, presbítero Ignacio Daminato. Acompañaron la celebración autoridades y estudiantes del seminario diocesano, y una gran cantidad de fieles.
El obispo de San Luis, monseñor Pedro Daniel Martínez Perea, presidió el martes 30 de julio en la catedral Inmaculada Concepción una misa de sufragio por el fallecimiento del obispo emérito de San Luis, monseñor Juan Rodolfo Laise.

Concelebraron el vicario general, monseñor Fernando Spalla y el vicario episcopal, presbítero Ignacio Daminato. Acompañaron la celebración autoridades y estudiantes del seminario diocesano, y una gran cantidad de fieles.

En su homilía, el obispo recordó momentos y obras de la diócesis que tuvieron como protagonista a monseñor Laise. “No es fácil resumir en pocos minutos la obra como obispo de San Luis, de más de 30 años creciendo con San Luis”, admitió. “La obra de monseñor Laise como obispo es muy importante porque, como dice la liturgia y la teología, el obispo es sucesor de los apóstoles y la Iglesia manifiesta que la presencia de Cristo en una iglesia particular es a través del obispo del lugar. Dios en su misericordia nos deja esa mediación humana del Episcopado”.

“Desde los inicios, luego de cada uno de los obispos predecesores, él siguió construyendo la diócesis y administrando los sacramentos. Pensemos en sus visitas pastorales, sus visitas en las comunidades, en los momentos de la confirmación, en las fiestas patronales. Sus fatigas reales en mejorar y embellecer la diócesis”, señaló. “La Iglesia es la esposa inmaculada del Cordero Inmaculado y él como obispo quiso dejarla linda. Primero a través de la gracia y la administración de los sacramentos, que hacen bella el alma, y la gracia eleva a todo el pueblo”.

“También de él sabemos su preocupación por el seminario, desde la construcción del seminario, las vocaciones sacerdotales y religiosas, las peregrinaciones para pedir vocaciones. Por eso hoy nos acompaña de un modo particular el seminario diocesano, en un testimonio de su esfuerzo, de su entrega y de su preocupación”, expresó.

Por otra parte recordó su labor por las iglesias físicas, “no sólo lo espiritual de la Iglesia; la construcción de las iglesias, promoviendo cada lugar con su iglesia o su capilla. La colaboración en su momento del Estado para que en cada pueblo hubiera una iglesia. Su preocupación también con la catedral en la cual hoy nos hemos congregado”, destacó. “En ese testimonio hemos recibido ese ejemplo y seguimos hoy trabajando en la reconstrucción de la catedral”.

“También recordemos toda la obra que él dejó, una de ellas el Instituto Mater Dei, un instituto religioso nacido en San Luis y que tiene sus casas en otros lugares. La preocupación por la liturgia que es un distintivo en San Luis y que todos seguimos. Él fue fiel a la reforma como la Iglesia lo pedía, en la continuidad y no en una ruptura”, reconoció.

En ese sentido, consideró importante “subrayar la función de la doctrina católica”, y explicó: “El demonio, enemigo del cristiano, es enemigo de la doctrina de la verdad y de la fe católica. Por eso impide que se pueda transmitir la fe católica, dificulta y si no, la confunde. Aquí radica la importancia de la transmisión de una fe católica verdadera. Y por eso la catequesis, el gran esfuerzo en el catecismo, la transmisión de los sacerdotes en sus homilías, discursos o conferencias y los escritos, miran también a echar al demonio. La confusión doctrinal que por ahí aparece es obra del demonio. Allí, monseñor Laise nos ha dejado también un ejemplo: ser firmes en la fe y en la caridad. La mayor caridad y el amor más grande que podemos dar a alguien es transmitir la verdad”, sostuvo.

“Ofrezcamos hoy la santa misa, como venimos haciéndolo desde que nos enteramos del encuentro con Dios de monseñor Laise, y ofrezcamos todo su trabajo. En el momento del ofertorio, cuando el sacerdote levanta la patena con la hostia para ser consagrada, ofrezcamos al Señor todas las cosas buenas, todo lo que nos dio monseñor Laise”, animó. “Allí pondremos también las dificultades, sus lágrimas, la soledad del obispo, para que el Señor lo acepte como ofrenda, como padre generoso. Y también decir: Señor, perdona sus culpas”, instó.

Finalmente, destacó la devoción mariana y eucarística de la diócesis de San Luis, y pidió: “Que tengamos también nosotros ese legado de ‘marianizar’ nuestras vidas y ponerlas bajo la protección de su manto”.+

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