Mons. Han Lim Moon invitó a la comunidad a llamar a Dios “Papá”
“En el Evangelio de hoy Jesús nos enseña a orar a Dios llamándolo ‘Padre’”, y cuando escucha la voz de su hijo “se derrite de amor y de misericordia por nosotros”.
De este modo, el prelado explicó las distintas partes del padrenuestro: “Cuando oramos ‘santificado sea tu nombre’, pedimos que nuestro Dios sea conocido, reconocido y aceptado por todos los hombres como nuestro único ‘papá’ y al tener al mismo papá, como consecuencia, somos verdaderos hermanos entre nosotros”.
“Cuando oramos ‘que venga tu Reino’, estamos pidiendo que nuestro papá Dios reine y armonice los corazones de todos los hombres según su voluntad, porque Él siempre busca nuestra felicidad auténtica. ¡Cómo cambiaría el mundo si todos aceptaran a nuestro papá como buen consejero acompañante en toda dificultad: injusticia social, droga, corrupción, desorientaciones de los hombres!”, expresó.
“Cuando oramos ‘danos el pan de cada día’, pedimos todo lo necesario para cada día, material y espiritualmente, como lo haría cualquier niño a sus papás, ya que no se preocupa del pan para mañana porque confía que lo tendrá”.
Al mismo tiempo, “cuando pedimos ‘perdona nuestros pecados, como también nosotros perdonamos a aquellas personas que nos ofenden’, reconocemos que todos nacimos pecadores. Y para vivir nuestra dignidad de hijos de Dios necesitamos su perdón en su Hijo Jesucristo y la reconciliación con nuestros hermanos por medio del perdón mutuo”, manifestó.
Asimismo, “cuando pedimos ‘no nos dejes caer en la tentación’, reconocemos nuestra fragilidad y así aprendemos a ser humildes y atentos”.
El obispo auxiliar de San Martín mencionó cómo estas peticiones, “nos confirman como hijos de Dios y hermanos entre nosotros”, y confirmó que “llegarán indefectiblemente al corazón de papá Dios por medio de Jesús y en su Espíritu Santo y lograremos lo imposible para nuestra felicidad y para la gloria de Dios Padre”.
Luego recordó cómo el Señor nos anima y asegura: “Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá”
Al concluir, invitó a la comunidad a llamar a Dios “Papá”, “quien se conmueve profundamente al escucharte. Pídele insistentemente, como suelen hacer los niños (…) Así, ¡te hará cada vez más hijo de Dios y más hermano de los demás!”.+
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