Mons. Taussig: El amor que abraza las diferencias
El obispo comenzó hablando sobre la visita ad limina apostolorum, y la preocupación del papa Francisco por un rasgo particular de la situación argentina: “la grieta”. "La famosa grieta que tanto se ha agrandado en los últimos tiempos y que, en momentos electorales como los que estamos viviendo, corre el riesgo de dejar heridas muy hondas y de acentuar la división y los enfrentamientos que tanto daño nos hacen a los argentinos", explicó.
"Recuperar el respeto, el buen trato, la amabilidad y la afabilidad nos hará mucho bien, podemos todos esforzarnos en conservar nuestra riqueza de trato y ¡proyectarla a los ámbitos más amplios de nuestro accionar!", exclamó el obispo de San Rafael.
Luego se refirió a la corrupción de la palabra: "La mentira tiene un gran poder de corrosión social. Genera desconfianza, división, engaño y grietas irreparables". "No puede ser que un sinónimo de ‘político’ sea ‘capaz de mentir’, de disfrazar tanto la verdad y de hacer tantas piruetas con las palabras, que no se puede confiar nunca en que lo que dice hoy lo va a hacer mañana, o lo que rechaza hoy no lo aceptará en el futuro”.
“En las campañas electorales, todo promesas. En el gobierno, muchas veces lo contrario a lo anunciado. En temas esenciales, como el respeto a la vida desde su concepción hasta su muerte natural. O en temas más opinables, como la estabilidad monetaria, la minería y el cuidado del agua, o la apertura al comercio internacional, que todos tenemos derecho a apoyar o rechazar, pero conociendo con sinceridad sus pareceres y planes", continuó.
En este sentido, afirmó: "Los electores tenemos derecho a propuestas definidas, claras y concretas, sin ambages. Los candidatos tienen el deber de exponer sus principios y propuestas definidas, precisas, sin confusiones ni ambigüedades. La veracidad, la honestidad y la transparencia son patrimonio de los hombres nobles, confiables y sinceros. La mentira, la oscuridad y la ambigüedad, son tobogán para la caída en la corrupción, el desaliento y el fracaso social", destacó.
Monseñor Taussig definió a la política como “ejercicio de caridad”, “por eso, si bien tendríamos que tener solo adversarios en los avatares políticos, aun cuando llegue a haber ‘enemigos’, el amor tiene que abrazar con su potencia sanadora todas las diferencias y superar todos los enfrentamientos. Sabemos que los cristianos tenemos un arma poderosa que venció en la cruz. Los brazos abiertos pidiendo perdón por ‘los que no saben lo que hacen’, siempre templan nuestros corazones para transitar por el camino del amor y, como decía San Francisco, “donde haya odio pongamos amor, donde haya ofensa pongamos perdón, donde haya discordia pongamos unión”, conluyó.+
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