La búsqueda de Zaqueo
El personaje principal del pasaje evangélico está marcado por “querer ver a Jesús, abrir su corazón al Maestro. A pesar de ser un gran pecador público, en cuanto jefe de los publicanos, desea encontrarse con el Señor”, comienza explicando el obispo de Mar del Plata. Describe a esta búsqueda como “real” y “sincera”, al poder “superar los obstáculos que le impiden el acercamiento a Jesús”: se sube a un árbol, y encuentra al Mesías.
La búsqueda de Jesús
Pero Jesús también buscó a Zaqueo, y cuando lo ve se “autoinvita a su casa”, pero “no le reprocha nada particular, no le hace firmar ningún papel especial con un compromiso de cambio de vida”. Porque Jesús sabe que “de este encuentro brotará para Zaqueo una nueva vida, alejada del pecado y dispuesta a reparar el daño que haya cometido”. Entonces, dice monseñor Mestre, se da un “combo de misericordia” entre ambas búsquedas. “La búsqueda de Jesús rescata, libera, da vida y lleva a plenitud.
La búsqueda de los murmuradores
Por último, el texto resalta la presencia de los que están mirando la escena y critican a Jesús: “Es la búsqueda de los que miran la realidad de forma rígida condenando antes de rescatar, preguntar y, sobre todo, intentar pensar bien. Es la mirada severa que no diferencia ‘pecado y pecador’”, explicó el obispo. En este sentido, diferenció que “con el pecado hay que ser duro y firme; con el pecador, misericordioso y compasivo”. Pero la búsqueda de éstos es “según el cálculo humano”. +
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