Mons. Dus animó a "sentirnos ungidos por el Señor"
“Queridos hermanos, queridos consagrados: De un modo especial en este día quería acercar mi palabra para, a través de este medio, sentirnos ungidos por el Señor con su gracia, con su espíritu, con su misión”, expresó.
“Siempre nos reúne de un modo especial a toda la arquidiócesis el día de la celebración de la misa Crismal. Este año no lo realizaremos ahora, lo postergaremos para un momento más oportuno, pero es importante también compartir este momento con ese espíritu que nos congrega siempre en la unidad a la familia diocesana”, explicó.
En ese sentido, recordó las palabras de Francisco sobre la unción. “El año pasado nos decía: ‘Al ungir uno experimenta que allí renueva su propia unción. Quiero decir que los ministros no somos repartidores de aceite, somos ungidos para ungir, y ungimos repartiéndonos a nosotros mismos, repartiendo nuestra vocación y nuestro corazón. Y al ungir somos reungidos por la fe y el cariño de nuestro pueblo. Ungimos ensuciándonos las manos al tocar las heridas, los pecados y las angustias de la gente. Ungimos perfumándonos las manos al tocar su fe, sus esperanzas, la fidelidad, la generosidad incondicional de su entrega’”, recordó, y añadió: “El que aprende a ungir y a bendecir se sana de la mezquindad, de la crueldad y del maltrato. Somos ungidos con el espíritu de la fraternidad y del encuentro”.
“Recemos, hermanas y hermanos, metiéndonos con Jesús en el corazón de nuestra gente, acompañándolos de un modo especial en este momento de cuarentena, y sintiendo que es el tiempo más hermoso donde nos toca vivir y estar”, animó.
Finalmente, monseñor Dus deseó que “el Padre renueve en todos nosotros la efusión de su espíritu, del espíritu de santidad, y nos haga a todos fieles para implorar su misericordia para este pueblo que nos fue confiado, para nuestro mundo concreto que debemos abrazar, acompañar y ungir con el óleo de la alegría, de nuestra esperanza y de nuestra fe”.
“Que Dios bendiga a todos los consagrados, a los bautizados, a las consagradas. A los sacerdotes, diáconos permanentes de nuestra diócesis, que esta comunión nos sostenga en la alegría”, rezó.+
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