Buenos Aires (AICA): En medio de manifestaciones y protestas a raíz de la profunda discordia que divide al pueblo ucraniano entre europeístas y rusófilos, Ucrania celebró el 22 de enero el Día de la Soberanía Nacional, reafirmando el día de la Independencia que se celebra el 24 de agosto, cuando el país rompió los lazos con Rusia. En la Argentina, donde viven más de 200.000 ucranios, la Eparquía Ucrania celebró el Día de la Soberanía este domingo 2 de febrero, con una solemne Divina Liturgia presidida por el obispo eparca Daniel Kozlinski, en la catedral greco católica ucrania. Durante la celebración se leyó una carta del Arzobispo Mayor, Sviatoslav Shevchuk, jefe de la Iglesia Greco Católica Ucrania.
En la Argentina, donde viven más de 200.000 ucranios y sus descendientes, la Eparquía Ucrania celebró el Día de la Soberanía Nacional este domingo 2 de febrero, con una solemne Divina Liturgia presidida por el obispo eparca monseñor Daniel Kozlinski Netto, en la catedral greco católica ucrania Nuestra Señora del Patrocinio (Pokrov).
Durante la celebración eucarística se dio lectura a una carta del Arzobispo Mayor, monseñor Sviatoslav Shevchuk, jefe de la Iglesia Greco Católica Ucrania, en la que el patriarca se dirige “a los representantes de la sociedad civil y a los líderes políticos a renunciar a la violencia y volver a la senda de la resistencia pacífica. No dejemos que las emociones, aunque justificadas, obscurezcan nuestras inteligencias y nos priven de la oportunidad de entablar un diálogo constructivo”.
Mensaje del patriarca de la Iglesia Greco Catolica Ucraniana
La Fiesta de la Soberania Nacional de Ucrania expresa el deseo del pueblo ucraniano, dominado durante siglos por varios imperios; el deseo de que su unidad sea encarnada y protegida en un Estado libre e independiente: Ucrania.
La unidad del Estado se refleja en la unidad del alma del pueblo ucraniano: una cultura, una civilización y la unidad espiritual, heredada de la antiga Rus de Kyiv. Esta unidad es prefigurada y ratificada por 1025 años de historia, desde que el príncipe Vladimiro, mediante el Bautismo, transmitió al pueblo y nación ucraniana una identidad claramente europea.
Esta identidad se hizo sentir en el espíritu de los primeros mártires de la tierra ucraniana, Boris y Glyb, que con la ofrenda de su propia vida confirmaban, siguiendo la tradición cristiana, la renuncia a la violencia: el “no” a la violencia como medio de construcción de la nación.
La identidad europea del pueblo se manifesta en el respeto por otras naciones, religiones y culturas, sembrada por la antigua Kyiv, madre de todas las naciones surgidas de este Principado. Kyiv, "ciudad de la paz de Cristo", es el núcleo espiritual de este pueblo, que durante siglos coexistió pacíficamente con pueblos de distintas nacionalidades, que vivían aquí desde siglos en perfecta armonía.
La Soberanía de Ucrania independiente en la actualidad, es la unidad de toda la sociedad, capaz de honrar la dignidad de todas las personas que viven hoy en nuestro país. Rezamos para que el día de la Soberania Nacional abra los caminos a la unidad, al diálogo y al entendimiento entre el gobierno y sus conciudadanos, con sus diferentes fuerzas políticas y organizaciones de la sociedad civil.
La unidad religiosa de Ucrania es la confesión en un solo Dios y su ley moral trasmitida a todos. Esta ley es el fundamento de la legalidad y soberanía de nuestro país. Creando al hombre como persona libre a su imagen y semejanza, el Creador le transmitió derechos inalienables y universales y nadie tiene facultad de retirarlos o prohibirlos. Las leyes estatales deben respetarlos y ser ayuda para su realización.
La soberanía que Dios concedió al hombre debe elevarnos más allá de lo que hoy puede dividir a nuestra sociedad. Que la celebración del día de la Soberanía Nacional ayude a todos en la permanente búsqueda de la verdadera unidad nacional, cuyo objetivo es la unidad en la cultura, la civilización y el espíritu de Ucrania como una nación europea.
La celebración del día de la Soberanía Nacional de Ucrania de este año, está oscurecida por la ola de protestas y violencia en la capital de nuestro país, Kyiv. Nos preocupa que las largas y pacíficas protestas, no escuchadas por las autoridades, se hayan convertido en violencia y derramamiento de sangre.
Con el fin de preservar la soberanía de la nación ucraniana unida y por el bien de su futuro, invitamos a las autoridades a atender las demandas de su gente y abandonar el uso del lenguaje de la fuerza y de los mecanismos de represión.
Me dirijo a los representantes de la sociedad civil y a los líderes políticos a renunciar a la violencia y volver a la senda de la resistencia pacífica. No permitamos que las emociones, aunque justificadas, oscurezcan la inteligencia y priven de la oportunidad de entablar un diálogo constructivo.
Me dirijo a los Obispos y al clero de nuestra Iglesia. Sepan escuchar la voz de las almas del rebaño. Hablemos a los corazones y a las mentes de nuestros fieles con el mensaje de la Paz del evangelio de Cristo. El Señor nos dijo: "Les dejo la paz, les doy mi paz: pero no como la da el mundo. No se inquieten, ni teman"(Juan 14,27). Sobre esto, nos recuerda hoy el apóstol Pablo: “Proclama la Palabra de Dios, insiste con ocasión o sin ella, arguye, reprende, exhorta con paciencia incansable y con afán de enseñar” (II Tim. 4,2).
En este día y en este momento histórico hagamos resonar con insistencia en nuestras iglesias, comunidades religiosas y familias cristianas, la oración por la paz y la bendición de Dios para nuestra nación. Que la celebración del día de la Soberanía Nacional se torne un día de oración y unidad de nuestra Ucrania.
"Que el Dios de la esperanza los llene de alegría y de paz en la fe, para que la esperanza sobreabunde en ustedes por obra del Espíritu Santo" (Rom 15,13).
La bendición del Señor sea con vosotros. † SVIATOSLAV
Dado en Kiev, en la Catedral Patriarcal de la Resurrección de Cristo, el 20 de enero 2014.+
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