La obra es un bajorrelieve en cemento, con una cruz de hierro macizo y detalles en vitrofusión, y su presencia en Buenos Aires intenta “que la mirada de Mama Antula nos abra los corazones a mirar más allá de este mundo, para llegar al mundo inmaterial con el corazón cargado del amor de Cristo”, expresó el artista Luis Quiroz.
Durante la bendición, el presbítero Dal Santo recordó que “los santos son amigos y herederos de Jesucristo, y también hermanos y eximios bienhechores nuestros, que nos aman, nos asisten, e interceden solícitamente por nosotros, y de una manera admirable están en comunión nuestra”.
El sacerdote aseguró que “cada una de las bienaventuranzas puede ser atribuida a Mama Antula: la misericordia, el sufrimiento también, la pobreza de espíritu, las lágrimas que derramó, por eso una vez más, esta tarde le pedimos que nos enseñe el camino que indicó Jesús”.+
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