Mons. Torres: “Fue un intento de asalto, una vida truncada inútilmente”
El prelado contó que el sacerdote, párroco de Crucifixión del Señor, “está muy conmocionado”. Luego, explicó: “Ha dedicado su vida a salvar vidas, a buscar y a ayudar a los jóvenes. Quedó sorprendido y dolido por esta situación donde él quedó primero en medio de un asalto y después de un tiroteo. Nunca se imaginó el desenlace”.
El día del asalto, el presbítero Oberlin estaba cortando el césped de una plaza en la que estaba trabajando con la gente del barrio, y que se inauguraría al día siguiente. “Él, como suele hacerlo, se puso una boina para tapar su pelada y cree que no lo han reconocido”, relató el obispo. A continuación, explicó que trabajando el sacerdote se alejó unos 100 metros de la parroquia. “Le llamó la atención un pozo que había en la tierra y pensó que ahí guardaban algo”, observó.
Después, mientras seguía cortando el césped vio a dos chicos en el pozo. De pronto, al darse vuelta, los dos chicos lo estaban apuntando con un arma de fuego cada uno. “Al comienzo no los escuchaba por el ruido del motor de la motoguadaña. Le pidieron que la apagara, y la apagó; que se sacara el arnés, y se lo sacó. Lo bolsiquearon, le sacaron el celular y le pidieron la billetera. Les dijo que estaba trabajando y que no tenía billetera”, explicó monseñor Torres.
Y continuó: “En ese diálogo breve le dijeron que se diera vuelta y que corriera. Cuando empezó a correr vio que hacia él venía este muchacho que es policía, conocido de él, y que se había dado cuenta de la situación. Comenzó a sentir disparos y se dio vuelta, pero los yuyales no lo dejaban ver muy bien”.
El presbítero Oberlin contó a monseñor Torres que el policía lo llamó a los gritos, volvió sobre sus pasos y vio al chico allí tirado. “Para él ha sido un acto fortuito que la bala le diera ocasionándole la muerte, ni un francotirador le hubiera acertado en la cabeza mientras corría”, aseveró. “Escuchó los ruidos de las balas y corrió pero no puede saber quien empezó”, añadió.
Mons. Torres dijo que según el relato del párroco Mariano Oberlin los dos chicos tenían armas cuando le pidieron la motoguadaña y que el teléfono se lo llevó el otro ladrón, que se encuentra prófugo. “Fue un intento de asalto. Es una vida truncada inútilmente”, agregó sobre el hecho convertido en tragedia.
El prelado dijo que desde el arzobispado no conocían que el sacerdote tuviera custodia policial. “Parece ser que cuando fue lo de las madres del paco hubo amenazas. Un día que había personal de la fiscalía en la zona alguien gritó: “Cinco mil pesos por la vida del padre Oberlin”. Entonces el ministerio Público Fiscal pidió la custodia”, detalló.
“Cuando hay una persona que está jugando una pulseada con el mundo del narcotráfico se le procura una cercanía para protegerlo. Le habían asignado una persona conocida de Mariano que trabaja también en la obra de recuperación de los jóvenes y fue quien le ayudó a recuperar la primera casa que vendió para comprar el galpón”, describió y agregó: “Buscaron a alguien cercano, que seguía haciendo su vida normal porque trabaja ahí en la recuperación de los chicos, pero la policía le pidió que lo cuidara”.
Asimismo, monseñor Torres descartó la versión que circula sobre un supuesto armado de la escena: “No se plantó el arma, le apuntaron en la panza a Mariano”. Además, el obispo contó que “Mariano dijo que si hubiera sido gatillo fácil, el primero en denunciarlo hubiera sido él. En otras ocasiones, de hecho, Mariano ha denunciado excesos policiales y ha defendido a los chicos. Es la impresión de Oberlin pero habrá que ver cómo caratula la justicia”.
Mensaje de los obispos por el suceso
Con motivo del hecho que involucró al presbítero Mariano Oberlin, los obispos de Córdoba expresaron su “profundo dolor” y lamentaron “la pérdida irreparable de una vida joven”. “Nos duele la situación que afecta al presbítero Mariano Oberlin y a Martín, su custodio. A todos ellos, a sus seres queridos y a la comunidad parroquial de la Crucifixión del Señor los encomendamos en nuestras oraciones”, aseguraron.
“Junto a nuestra oración queremos manifestar nuestra cercanía y nuestro acompañamiento a todos ellos en el dolor. A su vez, queremos recordar una vez más que la propuesta de Jesús es ‘que todos tengamos vida y la tengamos en abundancia’. Apoyándonos en las palabras del Señor, cuyo nacimiento nos preparamos a celebrar, queremos reafirmar nuestro propósito de trabajar para superar divisiones, enfrentamientos, estigmatizaciones y exclusiones que generan resentimientos, rencores y una violencia cuyas consecuencias padecemos todos dolorosamente”, añadieron.
Y concluyeron encomendándole esta situación “al Santo Cura Brochero que tanto trabajó por favorecer condiciones de vida dignas para todos y que tan cerca estuvo de los que sufren. Le pedimos que ruegue ante su Purísima para que podamos vivir una Navidad serena y construir una patria cada vez más fraterna”.
El mensaje fue firmado por arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Ñáñez, y por los obispos auxiliares, monseñores Pedro Torres y Ricardo Seirutti.+
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