Mons. Ñáñez: “El cuidado la vida es un deber que obliga a todo creyente”
“Como obispo de la comunidad católica de Córdoba quiero recordar que según la enseñanza constante de la Iglesia, la vida humana, toda vida humana debe ser cuidada, protegida y acompañada desde su concepción hasta su fin natural”, pronunció.
“El cuidado y la compañía de la vida humana suponen, aun en los casos de enfermedades gravísimas y prolongadas, entre otras cosas, la hidratación, la oxigenación y la alimentación que no deben ser consideradas como medios ‘extraordinarios’”, afirmó.
Luego, aseguró: “El cuidado de toda vida es un deber que obliga seriamente a todo creyente. Quien fuera solicitado a obrar diversamente, sea familiar a cargo del paciente o agente sanitario abocado a su atención, debe interponer la objeción de conciencia para no verse obligado de ningún modo a obrar de manera contraria a sus convicciones”.
Además, el prelado comunicó su reconocimiento y palabra de aliento a los familiares y a los agentes sanitarios “que con cariño, dedicación e incluso sacrificio acompañan y cuidan la vida de tantos hermanos visitados por el dolor y el sufrimiento de la enfermedad”.
El caso del presbítero Mariano Oberlin
Al recordar lo que el Magisterio de la Iglesia afirma sobre el cuidado de la vida humana, el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, expresó su profundo dolor por los hechos acontecidos el jueves 22 de diciembre por la tarde en el barrio Müller de la ciudad de Córdoba, situación que afectó al presbítero Mariano Oberlin y a la comunidad parroquial de Crucifixión del Señor.
Tal como fue publicado en el mensaje de los obispos de Córdoba el viernes 23 de diciembre pasado, monseñor Ñáñez recordó una vez más que “la propuesta de Jesús es ‘que todos tengamos vida y la tengamos en abundancia’. Apoyándonos en las palabras del Señor, cuyo nacimiento nos preparamos a celebrar, queremos reafirmar nuestro propósito de trabajar para superar divisiones, enfrentamientos, estigmatizaciones y exclusiones que generan resentimientos, rencores y una violencia cuyas consecuencias padecemos todos dolorosamente”.
Encomendó esta dolorosa situación al Santo Cura Brochero que tanto trabajó por favorecer condiciones de vida dignas para todos y que tan cerca estuvo de los que sufren, y a la beata María del Tránsito Cabanillas, a fin de que intercedan ante la Virgen para poder vivir una Navidad serena y construir una patria cada vez más fraterna.+
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