Francisco pidió el fin de la guerra en Siria y recordó a víctimas del terrorismo
Francisco se refirió a “la martirizada Siria, donde demasiada sangre ha sido derramada" y "sobre todo en la ciudad de Alepo, escenario, en las últimas semanas, de una de las batallas más atroces", manifestando la necesidad urgente de asistencia y consuelo a la extenuada población civil, respetando el derecho humanitario. “Es hora de que las armas callen definitivamente y la comunidad internacional se comprometa activamente para que se logre una solución negociable y se restablezca la convivencia civil en el país", exhortó.
El obispo de Roma pidió a los israelíes y palestinos “valentía y determinación” de escribir una nueva página de la historia, que esté signada por “la voluntad de construir conjuntamente un futuro de recíproca comprensión y armonía”; deseó “unidad y concordia” para Irak, Libia y Yemen "donde las poblaciones sufren la guerra y brutales acciones terroristas", y llamó a que se alivien las tensiones en la península coreana.
Francisco consideró “urgente una voluntad común para llevar alivio a la población y poner en práctica los compromisos asumidos” en Ucrania oriental, recordó el “terrorismo fundamentalista” que explota a los niños para “perpetrar el horror y la muerte” en Nigeria, y pidió paz para Sudán del Sur y en la República Democrática del Congo.
“Concordia para el querido pueblo colombiano, que desea cumplir un nuevo y valiente camino de diálogo y de reconciliación", suplicó el pontífice, y deseó valentía a Venezuela, para dar los pasos que den fin a las tensiones y permitan edificar un futuro de esperanza.
Se refirió también a quienes han perdido a un ser querido en actos de terrorismo “que han sembrado miedo y muerte en el corazón de tantos países y ciudades”, invocando la paz también para ellos, “no de palabra, sino eficaz y concreta”, aclaró, haciendo hincapié en “nuestros hermanos y hermanas que están abandonados y excluidos, que sufren hambre y los que son víctimas de violencia".
Como es costumbre, Francisco hizo una mención especial a los "desplazados, migrantes, refugiados, y los que hoy son objeto de la trata de personas", y lamentó el sufrimiento que atraviesan muchos pueblos “por las ambiciones económicas de unos pocos y la avaricia voraz del dios dinero que lleva a la esclavitud".
El Papa se refirió a los "marcados por el malestar social y económico, y a los que sufren las consecuencias de los terremotos u otras catástrofes naturales", y bendijo especialmente en esta Navidad a los niños, "sobre todo a los privados de la alegría de la infancia a causa del hambre, de las guerras y del egoísmo de los adultos". Para finalizar, destacó su deseo de una Navidad “llena de solidaridad”.+
Publicar un comentario